Kiko Rivera ya ha dejado patente en más de una ocasión que ya no hay vuelta atrás en la relación con su madre, al menos no hasta la fecha.
El DJ no está dispuesto a permitir un acercamiento con Rocío Pantoja y menos después de que tras una entrevista en ‘Sábado Deluxe’ donde el hijo de Paquirri acudió a hablar de su depresión, su madre no le apoyara, le regañara en pleno directo y no le llamara después de esa intervención, como él mismo le había pedido a la tonadillera.
Los lazos entre ellos se rompieron el mismo día en el que el marido de Irene Rosales descubrió todas las supuestas mentiras que su madre le había contado a lo largo de los años en las que también se veía afectado el patrimonio de Kiko que su padre le había cedido en herencia.
En varias ocasiones, el matrimonio de la colaboradora y el artista ha manifestado que ya no hay reconciliación posible. De hecho, el primogénito de la tonadillera aseguró que a partir de ahora iba a ser la ley la que hablara por él cuando tuviera que notificarle algo a la mujer que le dio la vida.
Sin embargo y, según 'El programa de Ana Rosa', no es del todo cierto que Isabel Pantoja haya desterrado de su vida por completo a su hijo y no haya tratado de ponerse en contacto con él, como se ha afirmado en los platós por boca de la otra parte de los protagonistas.
Paloma García Pelayo aseveró que Isabel Pantoja había tratado de acercarse al hermano de Chabelita mediante una reunión que concertó con su hijo para tratar de solventar cara a cara los conflictos familiares que mantienen. Para ello, la cantante acudió a sus asesores a quienes les pidió que concertaran con Kiko Rivera la fecha del encuentro.
La viuda de Paquirri movió ficha para limar las perezas una vez que su hijo le envió un requerimiento notarial para informarle que tenía en mente vender la finca 'Cantora', donde a día de hoy reside su madre, su tío y su abuela.
Además, el DJ aprovechó esta comunicación para exigirle a su madre nuevamente que le hiciera la entrega de los objetos personales del torero que constan en la herencia y que Paquirri no dejó en propiedad de su mujer.
Isabel Pantoja le ve las orejas al lobo y pide una tregua
La tonadillera trató de tender puentes con su 'pequeño del alma' una vez que le vio las orejas al lobo. Kiko Rivera demandó a su tío Agustín y, bajo la amenaza pública de que su madre podría ser la siguiente persona que tuviera que rendir cuentas ante la justicia, la cantante intentó reunirse con él.
Al principio de todo este culebrón familiar, el marido de Irene Rosales pidió a su madre que le concediera unos minutos para poder verla y hablar con ella.
Sin embargo, viendo cómo se desarrollaron los hechos, el enfado de Kiko aumentó para con su madre y se negó taxativamente a encontrarse con la cantante; justo cuando Isabel Pantoja cedió a hablar frente a frente con él.
Según contó Beatriz Cortázar, en esa notificación, Kiko Rivera también había pedido que su madre le devolviera a sus hermanos, Fran y Cayetano, los enseres de Paquirri que les pertenece y por los que tantos años llevan peleando con la madre de su hermano porque no se los entrega.
Parecía que por fin los hermanos iban a recibir lo que era suyo por herencia. La sevillana estaba en plenas negociaciones con los hermanos de su hijo para darles lo que le pedían. En cambio, los asesores de la viuda han dado un giro nuevamente a la historia.
Cuando la cantante iba a entregar los trajes de su esposo fallecido a los hermanos Rivera, los asesores de esta descolgaron el teléfono para decir que no había trajes.
Kiko Rivera se ha enfadado aún más después de esta jugarreta y si en algún momento podría haber existido un mínimo de esperanza en que madre e hijo se reconciliaran, esta se ha desvanecido. Madre e hijo ya no se verán las caras por decisión del marido de Irene Rosales.