Esto cada vez va a peor y los datos que se van conociendo de Isabel Pantoja son cada vez más fuertes, algunos de ellos que incluso podrían suponer un grave delito. Esta noche Telecinco ha emitido la segunda entrega de 'Cantora, la herencia envenenada', un formato especial que tiene como objetivo destapar a la verdadera Pantoja, una mujer que distaría mucho de la mujer dócil y sensible que nos tiene acostumbrados en televisión. Si hasta ahora conocíamos que Isabel Pantoja podría haber hecho algunas trampas con el reparto de la herencia de Paquirri, hoy se han descubierto nuevos datos y que serían mucho más fuertes que los primeros.
El programa presentado por Jorge Javier Vázquez y como ya hizo con la primera entrega, se ha armado con los mejores colaboradores de televisión y con unos invitados que son claves para aportar nuevos datos e informaciones que ayudan a dibujar a la perfección a una Pantoja que actuaría sin ningún tipo de escrúpulos.
Si por un lado se ha contado con el testimonio de Teresa Rivera, hermana del difunto Paquirri y que ha aportado sobre todo datos familiares, afirmando que su hermano se quería separar de la cantante, algo que no pudo llevar a cabo a consecuencia de su repentina muerte mientras realizaba una corrida de toros en Pozoblanco.
El programa de Telecinco ha contado con un rostro habitual de la cadena y que después de muchos años ha vuelto a los platós para destapar sin ningún tipo de temor las hazañas de la cantante, alguien a quien conoce muy bien, pues trabajó para ella durante muchos años. Pepi Valladares, ex empleada del hogar de Isabel Pantoja se ha mostrado abierta a responder a todas las preguntas de los colaboradores y además, ha regalado un testimonio que incluso, si aún no ha prescrito, podría ser susceptible de ser perseguido por la justicia.
Pepi Valladares narra como encubrió a Isabel Pantoja delante de la policía
Valladares ha dudado mucho y se ha pensado si contar o no esta historia, pero finalmente ha querido ser generosa con el programa y narrar algo que ocurrió en el año 2007. Isabel Pantoja se encontraba en su casa de Marbella, la Pera, cuando de golpe fue sorprendida por un registro de la UYDCO, la Unidad de Drogas y Crimen Organizado, con la intención de recabar pruebas y de poder vincular a la cantante con el caso Malaya, algo que parecía muy sencillo por sus vínculos y amistades, pero que sin unas pruebas físicas resultaba muy difícil demostrar que se encontraba en el ajo.
En el momento en el que una agente de policía se quedó custodiando a Isabel Pantoja y el resto de agentes registraban la casa, Pepi Valladares y según dice, por un gesto que le hizo Isabel Pantoja, decidió encubrir a su jefa con algo que podría suponer un delito aunque ella asegura que ya ha prescrito.
La tonadillera le dijo a la agente que tenía que ir al baño y esta la acompañó, de mientras, Valladares decidió recoger tres fajos de billetes que tenía escondidos la cantante, para seguidamente metérselos por debajo de las mayas y cruzar el control policial para esconder este dinero negro que tenía la Pantoja y que se negaba a que fuese decomisado por las autoridades.
Valladares cuenta que en ese momento se puso a temblar pero que logró que nadie la pillase a pesar de la complicación que tenía vulnerar los controles que se estaban haciendo en esa casa. Una vez acabó el registro, la asistente de la Pantoja cuenta que se fue con un coche y a mitad de camino se cruzó con una amiga de toda confianza de su jefa y que decidió encargarse de guardarle el dinero a la cantante y que se encontraba en aquel momento observada por todo el mundo y especialmente por la policía que estaba buscando la manera de darle caza.