Ahora que la primera parte de la docuserie de Rocío Carrasco ya ha llegado a su fin, toca validar su testimonio ante la justicia. Un hecho que no le resultará nada fácil a la hija de 'la más grande', puesto que el juez ya desestimó sus argumentos en una ocasión.
Rociíto necesitaba recabar pruebas y reunir testigos que corroborasen el infierno que había vivido al lado de Antonio David Flores, y el documental se lo ha permitido.
Ella defiende que su ex no fue absuelto en ningún momento de los cargos de malos tratos. "Para que uno esté absuelto tiene que haber sido juzgado".
"Y él no lo ha sido, así que no está absuelto de nada. El procedimiento está sobreseído provisionalmente", explicaba Carrasco desmintiendo una información que todos daban por cierta.
Al parecer, la Audiencia Provincial dictaminó que se trataba de un sobreseimiento provisional. "Y si a partir de ese sobreseimiento ocurriesen nuevos hechos que tuviesen que ver con la causa, esa causa se podría reabrir".
La guerra judicial de Rocío Carrasco y Antonio David
De momento, Rociíto se aferra a la pequeña esperanza de poder demostrar su verdad ante la justicia. "Yo gano la separación, la nulidad, la implantación de medidas sobre la custodia, y también la modificación de medidas. Él no ha ganado ningún juicio relacionado con lo familiar".
Aunque el padre de sus hijos no se ha quedado cruzado de brazos, ya que ha vuelto a darle donde más le duele. El exguardia civil ha recurrido a su hijo, David Flores, para condenarla.
El joven decidía sumarse hace unos meses a la demanda por el impago de la pensión alimenticia de la que Rociíto lleva años sin hacerse cargo. Y ahora acaba de salir a la luz que pide un año de cárcel para su progenitora.
Eso, sumado a 15.000 euros de indemnización por el supuesto incumplimiento de la sentencia de 2018 que establece que la hija de la Jurado debe pagarle una pensión mensual de 200 euros.
Y es que a pesar de que David es mayor de edad, ha sido declarado económicamente dependiente por su enfermedad genética. Por tanto, sus padres están obligados a mantenerle y cuidar de sus necesidades de por vida.
Sin duda, un durísimo palo para Carrasco, que ve cada vez más lejana la posibilidad de poder retomar la relación con sus hijos. Aunque le duela, ella misma reconocía que ya les daba por perdidos, aunque mantiene la esperanza de poder tener un acercamiento.
La fecha señalada en la que Rocío Carrasco se enfrentará nuevamente en los juzgados con su ex
Hasta el momento, Rociíto no ha contado con mucha suerte a la hora de llevar a su ex ante la justicia. Y es que en julio perdía la demanda que había interpuesto contra Olga Moreno por haber atentado contra su derecho al honor.
La mujer de Fidel Albiac se basaba en la exclusiva que la empresaria y su marido concedieron en 2016. Una entrevista concedida a la revista Semana en la que afirmaba haber sido "la salvación para Rocío y David Flores".
Una demanda que Rocío veía desestimada en los Juzgados de Primera Instancia de Alcobendas (Madrid). Y tras considerar injusta esta decisión, presentaba un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid que tampoco llegaba a buen puerto.
La resolución fue que "no existía intromisión en su derecho al honor y que el derecho a la libertad de expresión prevalece sobre el derecho al honor".
Una historia que podría volver a repetirse, ya que Rociíto ha optado por demandar nuevamente a su ex. En esta ocasión, por unas declaraciones que hizo Antonio David en 2016 sobre su boda con Fidel.
La hija de 'la más grande' está dispuesta a intentarlo las veces que haga falta, sin temer a las consecuencias. Y es que ella misma se define como una mujer completamente nueva y que ha conseguido renacer de sus cenizas.
Así, es consciente de que su lucha no ha hecho más que comenzar. Será el próximo 23 de mayo cuando Rocío Carrasco y Antonio David Flores se vean las caras al declarar en los Juzgados de Alcobendas.
Además, puede que ese mismo día se propicie el tan ansiado reencuentro entre Carrasco y su hija, Rocío Flores. Y es que será a ella a quien Antonio David lleve a declarar como testigo. Un cara a cara ante el que muchos ya se frotan las manos impacientes.