Pedro Trapote trata de pasar página, pero no consigue quitarse de la cabeza el fallecimiento de su hijo. Aún lo tiene muy reciente. Ocurrió el pasado mes de abril y apenas tenía 54 años.
Este hombre, vinculado al campo, fue encontrado sin vida en su domicilio después de acudir al hospital por una bronquitis. Fue un duro golpe para toda la familia, que no consigue levantar cabeza.
Están siendo momentos complicados para Pedro Trapote y su entorno. Define la experiencia de "terrible" y no se la desea a nadie. "Lo peor que me podía haber sucedido, enterrar a un hijo es lo último que alguien debería hacer", contó a los medios.
Se mostraba abatido en un encuentro con la prensa, en el que reaparecía después de siete meses. El paso del tiempo no consigue curar ciertas heridas, como es evidente en un grupo tan unido.
Pedro mostró su satisfacción al descubrir todas las amistades que había creado con su negocio de ganadero de toros en Sevilla. También tuvo palabras de ánimo para sus nietos, fruto del matrimonio de su hijo con Diana Dominguín.
"Son maravillosos y con muchísimo gusto. Estaré siempre apoyándolos hasta que acaben sus carreras", explicó. Trapote admitía que su pérdida "ha sido una conmoción para toda la familia", pero lo peor está por llegar.
Se avecinan unas fechas muy familiares como son las navidades, y en donde por primera vez ya no estará su hijo Pedro. En cualquier caso, confía en poder reunirse todos en torno a la mesa. "Veremos a ver si la dichosa pandemia nos deja juntar a toda la familia", añade.
Tenía un vínculo especial con él. Era el segundo hijo de los cinco que había tenido en sus cuatro matrimonios.
Aseguran que era el que más se parecía a Pedro Trapote, tanto en aficiones como físicamente. Durante los últimos meses todo el mundo ha estado muy pendiente de él.
Después del funeral no entendía lo que había ocurrido. "Era yo con mis 82 años el que me tenía que morir por ley natural. Esta situación no se puede entender".
Señala que "ese mismo día habíamos hablado por teléfono como hacíamos todos los días", contaba abatido.
Su esposa, Begoña García Vaquero, también se ha convertido en su mayor apoyo en estos momentos. El pasado mayo admitía que "se me rompe el corazón de verlo así. Todos estamos pendientes y cuidándolo, pero es muy difícil", apuntaba.
Trataban de mantenerlo entretenido llevándolo a comer fuera de casa, "pero después vuelve otra vez la pena".
El hijo de Pedro Trapote, muy vinculado a los toros
El hijo de Pedro Trapote, que tenía dos mellizos, fue encontrado muerto en Las Majadillas, una finca situada a una hora de Sevilla. Allí llevaba residiendo un tiempo con Beatriz, su nueva pareja.
Además de ocuparse del campo, también contaba con una ganadería de toros bravos. Era una persona que se ganaba con facilidad el cariño de los suyos. Era habitual que gente conocida se acercara hasta su casa para disfrutar del fin de semana.
Presumía de tener entre su grupo de amigos a Francisco y Cayetano Rivera, además del hijo de Antonio Catalá, dueño de los hoteles AC.
La noticia de la muerte de Pedrito, como era conocido por sus allegados, fue anunciada por la Unión de Criadores de Toros de Lidia. Trasladaron a la familia las condolencias por su inmensa pérdida en el "Castillo de las Guardas, en Sevilla", escribieron en redes sociales.
Murió en Sevilla, pero su cuerpo fue trasladado a la capital de España. Tras realizarle la autopsia, el velatorio tuvo lugar en el tanatorio de San Isidro.
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