En su docuserie, Rociíto relataba con lujo de detalles cómo había sido la emotiva reconciliación con su padre.
La relación entre Pedro Carrasco y su hija fue bastante complicada e incluso pasaron un tiempo sin hablarse.
Sin embargo, finalmente consiguieron acercar posturas o eso quiso transmitir Rocío. Una versión que no encaja ni con la de la viuda del exboxeador, Raquel Mosquera, ni con la de uno de sus grandes amigos.
Paco Narváez echaba por tierra el relato de Carrasco y aseguraba que Viva la vida que había hablado con Pedro tan solo "siete días antes de que falleciera".
"Teníamos una amistad de dos señores, él me llevaba veinte años", explicaba. Según él, "el detonante entre padre e hija fue lo que ocurrió la fatídica noche de los regalos de Reyes Magos".
"Fue una jornada complicada y triste. Él estaba abatido, con el alma destrozada… Así lo sentí por teléfono", comentaba al respecto.
"No se reconcilió con su hija. Reconciliación, cero. Me contó todo y contaré hasta donde pueda contar", desmentía las palabras de Rociíto.
"Vi a una persona abatida, triste, cabreada por el encuentro que tuvo con su hija", confesaba Narváez.
"Hizo caso a Raquel, que le insistía en que las cosas con su hija debían ir a mejor y que había salido todo mal, que había discutido con ella, con su pareja, y que se habían ido de su casa mal. No hubo un acercamiento, en absoluto".
"Él, yo creo, que nunca estuvo conforme con la educación que se le dio. Era caprichosa y quería que se valiera por sí misma", añadía Paco sobre la forma que se comportaba su hija.
"Todo lo que ha hecho Rocío es 'ser hija de'. No le gustaba Fidel Albiac ni tampoco Antonio David Flores", sentenciaba implacable.
Eso, mientras Rociíto aseguraba que su padre había hecho las paces tanto con ella como con su marido.
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"Yo ahí no tenía relación con él, y es verdad, mi padre no conocía a Fidel y por desgracia no le dio tiempo a conocerlo", desvelaba en su docuserie.
"Cuando ese año y pico pasa en el que yo no tengo relación con mi padre me llamó por teléfono para llevarle los niños a un determinado sitio para darles los regalos de Reyes. Pero le digo que antes teníamos que tener una conversación".
"Fidel me dijo que si yo no llamaba a mi padre y le decía que viniera a mi casa pues que él se iba, que yo tenía que hablar con mi padre y así lo hice", aseguraba respecto a la persona que le había animado a retomar el contacto.
"Le llamé, tuvimos una conversación muy larga, en presencia de su mujer, de la que era su mujer en ese momento. Fidel no estuvo en esa conversación para que no estuviese mi padre incómodo", sostenía.
"Mi padre pidió perdón a Fidel, a mí, me dijo que me quería, que él tenía miedo y tenía recelo a que Fidel pudiese ser del perfil del padre impío y esa conversación terminó de esa forma".
"Termina con un te quiero, llorando porque él se da cuenta que ha metido la pata y que él me había hecho daño y tenía razón suficiente para estar dolida. Es la última vez que le vi", recordaba emocionada.
"Hablé con él por última vez gracias a Fidel, porque no tenía pensado tener esa conversación ni mucho menos", proseguía antes de relatar la forma en la que había recibido la peor de las llamadas.
"Pocos días después de esa conversación nos fuimos a Sevilla y me fui de compras. Me llamó Fidel al teléfono y me dijo que fuéramos para la casa y cuando llegué lo primero que me dijo fue: 'Ro a tu padre le ha dado un infarto'".
Esa era la forma en la que Rociíto descubría que su padre había fallecido. "Le dije ahora le llamo y mañana nos vamos nosotros, está con Raquel y sus hermanos".
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"Me hizo un gesto con la cabeza y yo ya sabía que mañana no había y nos fuimos corriendo para Madrid", detallaba.
"No quiero recordar nada de ese día, en ese momento lo único que sé es que se fue mi padre, pero no solo mi padre se fue mi niñez. Yo era locura con mi padre, se me fue un trozo de mí", se lamentaba.