Paz Padilla vive sus horas más bajas en Telecinco, y es que cualquiera de los proyectos que emprende en la cadena termina yéndose a pique.
Tras su fulminante y controvertido despido de Got Talent, la fama de la presentadora ha caído en picado. Y es que poco después también abandonaba Sálvamepor la puerta de atrás y sin tan siquiera una despedida.
La productora del programa de talentos se excusaba alegando que "tener tres jurados es algo habitual. Nos permite jugar de otra manera".
Así, daban a entender que Padilla sobraba dentro del tándem que habían conformado Edurne, Risto Mejide y Dani Martínez.
"En cuanto a producción, facilita el reducir el número de miembros del jurado. No es cuestión de personas, sino de encaje de horarios", manifestaban.
Aunque los rumores acerca de la mala actitud de Padilla, y sus encontronazos con compañeros como Risto, no pasaron desapercibidos.
Al parecer, esa mala relación entre el marido de Laura Escanes y la humorista generaba muy mal ambiente y mucha tensión entre el equipo.
Y es que aseguran que "Padilla es muy distinta tras la cámara que ante ellas".
"La cercanía y simpatía que derrocha cuando se enciende el piloto rojo nada tiene que ver con sus formas verdaderas cuando se apaga y tiene que tratar con sus compañeros entre bambalinas".
Por ejemplo, "evitaba relacionarse con la gente del equipo, es superrecelosa de sus cosas", señalaban.
"No se fía de nadie, se dirige a sus compañeros con distancia e incluso en ocasiones de forma un poco borde, lo que genera muy mal ambiente de trabajo y mucha tensión".
Un nuevo varapalo profesional para Paz Padilla
Un patrón que habría repetido en Sálvame, donde tampoco terminaba de encajar con los colaboradores del formato. "Todos en guerra contra Paz Padilla", llegaban a insinuar numerosos medios.
Era Laura Fa, colaboradora del programa, la que insinuaba que Paz no se hablaba con nadie. "A Paz le sentó fatal que dijeran que está arrinconada, pero es verdad. Se enfadó con Laura Fa pero intentó disimular, la cúpula ha ordenado rebajar la tensión".
Y es hay quien apunta que Padilla "se mueve mejor en el conflicto que en el buen rollo". Lo que daría pie a mucha tensión y llevaría al límite a los productores.
Hubo incluso un vídeo que se difundió como la pólvora por redes en el que la presentadora se lamentaba de su delicada situación laboral. "No puedo más, todos los compañeros me odian. Joder, aquí también", decía.
Y por si eso no fuera suficiente, ahora la madre de Ana Ferrer se enfrenta a otro varapalo profesional. Tras haberse puesto al frente de A simple vista en Cuatro, el programa será eliminado de la parrilla de Mediaset por sus pésimos datos de audiencia.
Según informan, "el concurso no ha conseguido destacar desde su estreno en Cuatro y se ha quedado en una media del 2% de cuota de pantalla".
Y eso que prometía convertirse en una gran apuesta. "Su mecánica consiste en adivinar, a simple vista, si una persona está casada o soltera, si le gusta jugar al golf o prefiere grabar TikTok o cuál es su profesión, entro otras cosas". Un formato que no ha convencido a los espectadores.
Sin embargo, y pese a este nuevo tropezón profesional, Padilla acabará el año frente las cámaras. Y es que Mediaset ha decidido que sean ella y Carlos Sobera los presentadores oficiales de las Campanadas 2021-2022.
Una noche en la que tendrán que batirse una vez más el protagonismo con otros rostros familiares como Cristina Pedroche, Alberto Chicote o Anne Igartiburu.
Además, en su faceta como escritora no le va nada mal. El libro que ha publicado sobre la muerte de su marido, 'El humor de mi vida', es ya un bestseller.
Al igual que la obra que se inspira en el mismo, que también es todo un éxito. Eso, sin contar con que sus negocios de hostelería van viento en popa.
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