Carla Barber y Diego Matamoros acaban de cumplir su primer año juntos, y han querido aprovechar para aclarar ciertos temas que se llevan rumoreando desde hace mucho tiempo acerca de su relación.
Ambos, tienen claro que en un principio pensaban que no serían compatibles, pero ahora vivien felices en el piso en el que ella convivió con su exmarido durante su corto matrimonio. Se encontraron cuando estaban muy heridos por sus respectivas rupturas matrimoniales, Carla con Camilo Esquivel, -con el que estuvo casada solo 8 meses-, y Diego con Estela Grande.
«La humillación de la ruptura tan pública con Estela pasó por mi cabeza. Di la cara por ella cuando tuve que darla, pero no tengo rencor», ha confesado Matamoros en la entrevista que han concedido a 'Lecturas'.
Carla y Diego llevan viviendo juntos desde enero, y han tenido que adoptarse uno al otro en estos meses de convivencia. «Reeducar a una persona que no pasaba ni un minuto en su casa para que conozca su hogar no ha sido fácil. Esta casa es un hogar desde que estoy yo».
De hecho, la doctora reconoce que «antes de estar con Diego era una adicta al trabajo, dormía tres o cuatro horas al día. Ahora disfruto de estar en el sofá con él viendo una serie, antes pensaba que no hacer nada era perder el tiempo».
Además, la pareja también ha desvelado como se conocieron durante la cuarentena. «Por Whatsapp, por una amiga que tenemos en común. Yo estaba aquí sola, me había separado hacía un año, lo pasé muy mal tras mi ruptura».
«Mi amiga me decía que tenía que conocer a un chico, sin decirme quién era. Todos los días me hablaba de él, me decía que no tuviera prejuicios. 'No es lo que parece', me decía. Cuando me dijo que era Diego me eché a reír. No creo que el que he visto en la tele sea esa persona».
Queda claro que Carla huye de todo el tema televisivo, mientras que Diego no pensaba que fueran a ser compatibles. «Empezamos a hablar poco a poco, luego ya hablábamos todos los días, de nuestras respectivas rupturas, de los valores que pare nosotros tenía el matrimonio. Nos unía un hecho traumático».
Lo cierto es que sus inicios fueron bastante complicados, porque la noticia se filtró a la prensa cuando acababan de empezar a salir. «Nos pillaron al poco de empezar a quedar, ¡la primera noche que me había quedado a dormir en su casa!»
A los dos se les ve muy enamorados, y no dudan en deshacerse en halagos uno hacia el otro. «Carla es un torbellino de emociones, es intensa. Un día con Carla equivale a siete. Es una mujer de éxito en su trabajo, es fácil admirarla. Desde cero ha llegado donde está por su forma de trabajar. Tiene las cosas claras, quiere ser feliz, tener su familia y tener a alguien al lado que la respete».
Sin embargo, no todo ha sido felicidad, sino que llegaron a pasar una gran crisis. «Tuvimos una gran crisis, nunca hemos dicho nada al respecto. Estuvimos separados unos diez días».
Todo, después de que Diego fuese a televisión y hablase del asalto que había sufrido Carla. «Le pedí por favor que no fuese y se lo pasó por ahí. Acabó hablando de mí. Se dijo que me había inventado el robo -la doctora fue atacada en el portal de su casa y le sustrajeron dinero y joyas, aunque afortunadamente los culpables ya están en la cárcel-».
«Él estaba acostumbrado a tener parejas que veían normal que expusiera su vida así. Él sabe que no podría estar con el Diego que salía en televisión, por muy enamorada que esté. No podría, va en contra de lo que creo que es una persona que busca la felicidad. No me gusta que hable mal de nadie en la tele. Si va para hablar mal mejor que no diga nada. No gana nada él», asegura Carla sobre esa faceta del hijo de Kiko Matamoros.
Y Diego reconoce que las situaciones que se vivían en la tele no eran agradables. «Después vas a tu casa y eso sigue. Echo la vista atrás y digo: '¿Cómo pudimos llegar a ese punto?' No entiendo que esas cosas que se decían tan salvajes fueran lo normal. Vi que mi padre se estrellaba con la mujer a la que defendía constantemente. El tiempo me ha dado la razón. A lo mejor no eran las formas, pero todo lo que yo decía se ha cumplido. La gente creía que lo que yo decía era un teatro, pero era un desgarro».
Carla tiene muy claro que «Diego no es para nada lo que la gente ha visto en televisión, esto me ha llevado a tener grandes discusiones con él. Es sensible, muy buena persona, tiene un corazón gigante, es noble. En la tele parece una persona fría y distante, lo gestiona con mucho control, parece que ni siente ni padece. ¡Es todo lo contrario! La tele lo usa cuando le conviene y él se deja utilizar».
Lo que queda claro es que la pareja se muestra más feliz y enamorada que nunca, y así lo comparten durante su reciente viaje romántico a México.