La guerra en el clan de los Mohedano sigue generando debate, sobre todo en lo referente a David y Rocío Flores, las víctimas colaterales del conflicto de sus padres.
Con el relato de Carrasco sobre el día en que su hija le dio una paliza, parece que la bomba terminó de explotar. Y es que después de que a los quince años, Rocío decidiese abandonar la casa de su madre para irse a vivir con su padre, los peores presagios de la mujer de Fidel Albiac terminaron cumpliéndose.
Poco después, era su hijo David el que también se marchaba de casa. Sobre todo, tras ser manipulado por Antonio David y por su hermana. «El menor expresa que su hermana y su padre le han explicado lo que tiene que decir, y se muestra preocupado por 'la decisión final' por lo que quiere dejar claro que prefiere vivir con su padre», explicaba Rociíto en su documental.
Así, se ha puesto en duda la capacidad de la hija de 'la más grande' como madre, además de la atención que le daba a su hijo pequeño, quien desde que nació sufre una enfermedad que requiere de cuidados constantes.
El tema ha llegado a afectar en gran medida también a la familia, y según cuenta Amador Mohedano, a todos les ha pillado por sorpresa el testimonio de su sobrina.
«Hace unos 9 años que no hablo con mi sobrina. Cuando la he llamado no me ha contestado. En Navidades, en su cumpleaños, y como no respondía, decidí no seguir haciendo el gilipollas. Por eso nos asombra que dejara de hablar con hijos, hermanos, sobrinos. Nosotros no sabíamos nada de eso de la paliza», ha asegurado.
«Y esto último de la hija nos tiene a todos estremecidos. Está poniendo a la niña peor que al padre y la situación se está envenenando por momentos. A su hija la ha tirado por tierra, una chiquita joven, le ha puesto un letrero de por vida. Es horrible».
Al parecer, hay un incidente en concreto que marcó un antes y un después para la familia. Un hecho, que según indica Amador, tiene como principal responsable a Fidel Albiac.
Todo ocurría en 2005, cuando Rocío Jurado ofrecía su último concierto en televisión. Un especial en el que compartía escenario con amigos y compañeros de profesión de la talla de Rafael. Al parecer, era su hermano el que se había encargado de dirigir el proyecto. Al menos, hasta que Rociíto y Fidel se presentaron en escena para arrebatarle todo el control de la situación.
«Yo no tenía ni idea de sus manejos pero fui generoso y para dejarlos bien, les dije a los de televisión, atenderlos, que yo estoy al corriente de todo. Pero lo cierto es que me traicionaron a escondidas. Se metieron por el medio contando una película, incluso a mi hermana, me hicieron polvo. Y yo que veía a Rocío mal y preocupada con su dolencia, no quise echar leña al fuego y le dije que me quitaba de en medio».
Otro desencuentro que les distanció todavía más, se produjo cuando Rocío Carrasco, vendió sin decírselo a su tío, la propiedad de Chipiona. Sin embargo, y pese a ello, Amador sostiene que siempre ha tratado que los hijos de su sobrina no sufran por la complicada situación con su madre.
«No sufráis, sois jóvenes y todo volverá a su sitio», sostiene que les ha dicho en más de una ocasión. Y, teniendo en cuenta que ahora mismo es la relación de David con su madre la que está en el punto de mira, Amador ha desvelado una conversación muy reveladora que tuvo con el joven.
«No quiero ir a la casa donde está Fidel. Tito, cuando tenga 18 años me voy con mi padre», confiesa que le llegó a decir. «Vete a saber por qué lo decía, pero está claro que Rocío Flores eligió el buen rollo de estar con su padre y Olga, en lugar de vivir con su madre, donde había de todo y en mucha más cantidad».