Karlos Arguiñano lleva más de tres décadas en la televisión. Desde entonces, prácticamente a diario se cuela en los hogares de millones de españoles. Se le conoce por su faceta de cocinero, pero su mujer y su hijo nos abren las puertas de su casa desvelando su lado más personal.
Joseba ha seguido sus pasos en los fogones y guarda un gran parecido físico con él. Ha decidido por un momento aparcar el delantal para mostrar una vertiente más desconocida del chef en la revista Lecturas.
Arguiñano es un apasionado de su familia. Es posible que muchos no estén al tanto, pero son el motor de su vida. Cuenta ya con trece nietos.
Tanto el cocinero como su esposa Luisi han conseguido formar una feliz y unida familia. Aseguran que los siete hijos del matrimonio han heredado, de una manera u otra, el talento del padre en la cocina. Sin embargo, el que más popularidad tiene en estos momentos es Joseba.
Se puede decir que es el que tiene más posibilidades de seguir los pasos de su progenitor en la televisión. Tiene mucho carisma y consigue meterse al público en el bolsillo cada vez que se pone delante de una cámara. Con bastante frecuencia comparte programa con su padre, donde tiene la oportunidad de preparar recetas de repostería.
El popular cocinero y su esposa no entenderían la vida sin sus hijos y sus nietos. Los adoran y les inculcan el amor por la cocina. Son habituales las reuniones familiares en el caserío rústico que el matrimonio tiene en Zarautz.
Como es lógico, con tantos nietos en casa siempre surgen las equivocaciones. Tal y como señala Joseba en tono de humor, "son unos trece nietos, que el aita confunde los nombres".
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Karlos Arguiñano aún recuerda lo mal que lo pasaron él y Luisi durante el confinamiento. Las restricciones sanitarias les impedían reunirse con los suyos. Aquello fue excesivamente duro para ellos, acostumbrados a tenerlos siempre muy cerca.
En cualquier caso, aquello ya forma parte del pasado y ahora lo único que les preocupa es seguir siendo muy felices juntos. Pese a tratarse de una familia muy numerosa, siempre hacen todo lo posible por verse y disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
Su hijo mediano, Joseba, cree que alguno más de sus hermanos seguirá la tradición familiar. "Hay muchos que son cocinillas", apunta. Es consciente de que se trata de una pasión que debe trasmitirse desde muy temprano y que debe implicar a todo el mundo.
Explica que "mis hermanos y yo cocinamos en casa y cocinamos con los hijos también". En su caso, lo realiza con su pareja Natali y con sus dos hijos de 6 y 2 años.
Karlos Arguiñano les ha abierto muchas puertas
Karlos Arguiñano sabe que muchos de sus hijos lo han tenido más fácil por el apellido. Así lo admitía Joseba hace unas semanas en una entrevista. "Me ha facilitado que me abrieran las puertas", indicaba.
En su opinión, "nunca ha sido un peso para mí porque no conozco el no ser Arguiñano. Siempre he sido así y lo llevo con naturalidad", contaba. Se confiesa un gran admirador del televisivo chef.
"Ahora digo frases de mi padre a mis hijos que nunca pensaría que diría", apunta. Explica que tiene hermanos "con ojos azules y rubios como mi madre. Yo, sin embargo, me parezco más al aita, como el hermano mayor".
Están muy orgullosos de parecerse a Karlos y de seguir su camino en los fogones. Lo consideran todo un maestro de las cocinas, pero también de la vida.