Fue hace una semana cuando Mila Ximénez anunció en 'Sálvame' a través de una llamada telefónica que sufre una terrible enfermedad. «Tengo cáncer de pulmón, un tumor», añadió. «Me lo van a tratar. Está diagnosticado. Voy a hacer quimio y radioterapia para que el cáncer no siga ratificando y se duerma», confesó sin poder evitar emocionarse.
Esta semana la periodista se ha sincerado en una desgarradora entrevista para la revista 'Lecturas' donde ha abordado sus sentimientos. «Estoy aterrada, despistada, con mucha rabia. No entiendo nada, pero dentro de lo que cabe estoy bien».
Estos días, la colaboradora de Telecinco se ha dejado ver acompañada por sus hermanos. Ximénez ha revelado que al principio a su hija la superó la noticia. «Alba se quedó en shock, me preguntó que desde cuándo lo sabía, y cuando le dije que una semana, al principio, se enfadó».
Con una actitud luchadora, Mila Ximénez afronta su enfermedad y asegura estar dispuesta a ganar la batalla. «He jurado a mi hija que no me voy a ir. ¡Me necesita muchísimo! ¡Jamás le he fallado un juramento!», ha sentenciado.
La etapa marbellí de Mila Ximénez
La vida de Mila es una especie de montaña rusa con subidas y bajadas al infierno. Durante su matrimonio con el tenista Manolo Santana, se convirtió en una de los grandes personajes del mundo de la noche marbellí. En la costa del sol, era conocida como Mila Santana.
El actor y aristócrata Jaime de Mora y Aragón se convirtió en un bastón importante en el que apoyarse. Para Mila, el intérprete era mucho más que un amigo, un hermano.
El Tito Jimy -como lo llamaba la tertuliana- no permitía que nadie faltara el respeto a la señora del deportista de élite en su presencia. De su amiga Mila, Jaime de Mora decía: «A Mila la pierde su bondad y generosidad».
Según cuenta la periodista Paloma Barrientos, tras la separación del matrimonio Santana hubo mucha gente que le dio la espalda a la sevillana.
Fue entonces, cuando Ximénez entró en un período de decadencia. La periodista no tenía dinero ni para pagar la luz, por lo que consideró que su hija Alba, fruto de su relación con el exjugador de tenis español, debía de irse a vivir con su padre y Otti, su madrastra.
Mila Ximénez recuerda esa etapa con tristeza, ya que se perdió la infancia de su pequeña. No obstante, con el paso de los años, madre e hija han recuperado el tiempo perdido y ahora es Alba Santana la que se va a encargar de levantar el ánimo de su madre.