Finalmente, y después de más de tres semanas de permanecer apartado de la vida pública, Mario Vaquerizo ha explicado cuál es el problema de salud que lo ha mantenido al margen del foco mediático durante tanto tiempo seguido.
Al parecer, Vaquerizo sufre una degeneración en los huesos que, en un futuro, se acabará convirtiendo en artrosis crónica. Así lo ha asegurado el marido de Alaska a Jorge Javier Vázquez y a los colaboradores de ‘Sábado Deluxe’, en Telecinco, este sábado por la noche.
Dolor intenso y continuado
Vaquerizo se ha mostrado dolorido durante la entrevista. Y es que el cantante de las Nancys Rubias ha asegurado que siente un dolor muy fuerte y continuado en el cuello y en la espalda. Un dolor que, según su médico, terminará convirtiéndose en una artrosis crónica, de por vida.
Todo ello le surgió el 28 de diciembre, cuando volvía de actuar con su grupo en un pueblo de la provincia de Granada. Vaquerizo ha contado que comenzó a sentir mucho dolor en la zona del cuello por un gesto que hizo, y que desde entonces ha sentido molestias. Fue a visitar al médico, y después de diagnosticarlo, éste le mandó hacer mucho reposo. También le recetó hacer varios ejercicios, que harán que el dolor disminuya y que Mario pueda convivir mejor con la enfermedad.
«La enfermedad no me deja ser yo mismo»
Aun así, y aunque durante las últimas semanas, los seguidores del músico y artista se habían espantado por mensajes que éste había compartido en sus redes sociales, Mario Vaquerizo ha querido tranquilizarlos: «Estoy bien», ha asegurado a los presentes en plató. A continuación puede verse una de las publicaciones de Mario en su cuenta de Instagram, dónde reconocía que tenía que estar en reposo por un pinzamiento en la espalda:
Aparte del dolor, la enfermedad le afecta en su propia personalidad. «Estoy un poco bajo de humor, estoy triste. La enfermedad no me deja ser yo mismo», ha comentado Vaquerizo, respecto a su estado de ánimo. «No puedo correr ni peinarme con el secador, pero beber cerveza sí», ha bromeado, mostrando que aún conserva parte del sentido del humor que lo caracteriza.
Respecto a su tolerancia al dolor, ha reconocido que es muy baja: «Soy muy mal paciente, el dolor inmediato lo tolero mucho, pero el dolor continuado no lo soporto», ha afirmado. «No soy mujer, soy hombre, y nuestra tolerancia es mucho menor que la de las mujeres», se ha querido justificar.