María Teresa Campos ha dicho basta. La matriarca del clan ha roto su silencio apoyándose en su hombre de confianza, Gustavo Guillermo, el chofer de la familia.
Él ha sido testigo en primera persona de las vivencias de la periodista, sobre todo durante su relación con Edmundo Arrocet. Así, ha decidido salir en defensa de su jefa y aclarar de una vez todas las polémicas que se han generado en las últimas semanas.
Una exclusiva para la revista Semana que va a traer cola, ya que María Teresa lo habría organizado todo a espaldas de sus hijas, Terelu y Carmen Borrego.
La primera de ellas se habría mostrado más que dolida, al sentirse apartada por el resto de la familia en una decisión tan importante y que afecta de lleno a su madre.
La salud de Campos pende de un hilo y ha tenido a todo el clan pendiente de ella en todo momento en los últimos meses. Y es que la periodista no lo ha pasado nada bien, ya que a las diversas circunstancias personales, se ha sumado la vuelta de su ex, Bigote Arrocet.
'Edmundo Arrocet quería hacer negocio desde el principio con la relación'
Parece que a María Teresa le cuesta aceptar que su momento de gloria en televisión ya ha pasado, teniendo que aguantar también que se especule sobre su vida privada.
Todo eso ha provocado que se hunda por completo, encerrándose en si misma y protegiéndose del acoso mediático. Al menos, hasta ahora, cuando ha decidido romper su silencio de una vez por todas de la mano de su chofer.
"Teresa no puede quedar como una mentirosa", señala Gustavo. "Edmundo nunca se podía imaginar que yo hablara. Y él ha jugado con ello. Pero tenía que hacerlo. Yo no podía estar más tiempo callado sabiendo todo lo que sé mientras él cuenta mentira tras mentira de Teresa".
El hombre de confianza de la Campos insiste en que su jefa "no puede quedar donde la quiere dejar Bigote. No lo puedo aceptar".
De hecho, ha sido ella la que le ha autorizado a hablar. "La verdadera cara de Edmundo es muy distinta", advierte. "Ella ha llorado muchísimo con esa relación. La he visto destrozada, pero estaba muy enamorada", asegura.
Además, se muestra implacable a la hora de sentenciar a Edmundo. "Quería hacer negocio desde el principio con la relación", le acusa Gustavo. "Es un profesional del amor y de la lágrima, un actor de melodrama, pero no es creíble".
Sin duda, una imagen muy diferente a la que pretende transmitir el cómico, quien desde el principio aseguraba que él había sido sincero con Teresa. De hecho, Arrocet culpaba tanto a Carmen como a Terelu de haberle atacado sin reparos desde que terminase la relación con su madre.
Sobre todo, por la supuesta forma en la que Bigote puso fin a la misma, nada menos que con un simple y soso mensaje de texto. Algo que él ha insistido en desmentir en televisión.
Sin embargo, el chofer de María Teresa ofrece otra cara del humorista que no es nada agradable. "Una cosa es lo que se ve y otra lo que es. Nada que ver".
"Edmundo pedía a los camareros que les sentaran donde estaban los paparazzis, para que así les fotografiasen", explica sobre el inicio de su relación. "Me di cuenta de que era un interesado y muy poco de fiar", remarca.
Gustavo califica al ex de su jefa de "embaucador, una persona demasiado astuta y, ante todo, mentiroso".
De hecho, el chofer asegura tener las pruebas de que Edmundo dejó a Teresa vía mensaje y promete utilizarlas si insiste en dañarla. "Es un mensaje que le desenmascara", señala. "Aquí solo hay una verdad".