Isabel Pantoja y Rocío Carrasco comparten algo más que su pertenencia a dos de las sagas más importantes del corazón. Y es que las dos atraviesan un momento trascendental en sus vidas, aunque cada una de una forma diferente.
Así, mientras la hija de Rocío Jurado ha hecho frente a sus miedos y se ha atrevido a compartir el durísimo testimonio de matrato que vivió al lado de Antonio David, la tonadillera está viviendo sus horas más bajas tanto personal, como profesionalmente.
Mientras Kiko Rivera está a punto de cerrar la venta de Cantora, algo que podría dejar a Pantoja en la calle y sin su querido finca, Telecinco ha tomado una drástica decisión que ha acabado de un plumazo con el nuevo reto profesional que se había planteado la artista. Y es que los datos de audiencia han llevado a que la cadena decida retirar de la parrilla 'Top Star'. ¿Cuánto vale tu voz?', con lo que su ansiada vuelta a la televisión ha quedado relegada a un segundo plano.
Pero, si hay algo que comparten tanto Rociíto como Isabel, es el dolor de haber perdido a sus hijos. Pantoja veía como 'su pequeño del alma' la traicionaba públicamente con el especial 'Cantora, la herencia envenenada', donde denunciaba que su madre le había robado la herencia de su padre, Paquirri.
A partir de ahí, empezaba una auténtica guerra mediática, ya que mientras la tonadillera se escondía en Cantora, su hijo se ha dedicado a pasearse por los platós de televisión donde ha echado por tierra la imagen de la artista. Ambos llevan meses sin hablarse, una situación que está afectando incluso a sus nietos, ya que en más de una ocasión, su nuera Irene Rosales, ha explicado que a sus hijas solo les queda una abuela, pero la comunicación está resultando muy difícil.
Por su parte, Rocío Carrasco lleva años sin ver a sus hijos. Así, Rocío Flores se iba de casa con tan solo quince años, después de pegarle una paliza y denunciarla por malos tratos. Desde ese momento, pasaba a vivir con su padre, el cual Carrasco denuncia que había estado manipulando a su hija desde muy pequeña.
Poco después, también perdía a su hijo David, el cual su padre no devolvió en la fecha indicada después de pasar los quince días correspondientes con él, -tal y como indica la custodia compartida-. Concretamente, para asistir a la boda de Carrasco con Fidel Albiac en 2016, una fecha muy importante en la que la novia no contó con la presencia de ninguno de sus hijos.
Sin embargo, lo que quizás nos ha tomado por sorpresa es descubrir que Pantoja ha llegado a convertirse en el paño de lágrimas de la protagonista del momento. Así lo han desvelado Las Mellis, -las que fueran grandes amigas de la tonadillera-, en 'Sálvame'.
«Isabel Pantoja era conocedora de lo que ocurría con la madre y la hija porque Rocío Carrasco se lo contó», han desvelado dejando a todos impactados. De hecho, aseguran que la cantante se lo llegó a contar: «Isabel nos contó lo que pasaba entre la madre y la hija y nos dijo que Rocío lo estaba pasando muy mal».
Al parecer, Pantoja y Carrasco llegaron a convertirse en íntimas confidentes cuando la artista ni siquiera podía imaginarse que algún día ella también estaría en su misma situación. Isabel nunca se hubiese esperado un golpe tan duro de parte de su hijo, y ahora se ha dado cuenta de que su relación podría haberse roto para siempre.
Eso sí, la tonadillera ha demostrado que la discreción es uno de sus mejores atributos, ya que supo guardar muy bien el secreto que compartió con ella Rociíto.