Irene Rosales y su marido Kiko Rivera dan la bienvenida a un nuevo integrante en su familia. Ambos se han mostrado muy ilusionados con la nueva incorporación.
El regreso de Isabel Pantoja a los escenarios evidencia la distancia que existe entre ella y su hijo. Este está viviendo una de sus peores épocas debido a la situación con su madre, por lo que ha decidido centrarse en su entorno más cercano.
Esta semana se ha conocido el hijo de la tonadillera e Irene Rosales han decidido ampliar la familia con una nueva integrante en su casa de Sevilla.
Irene Rosales y Kiko Rivera, amantes de los animales
La ampliación de una familia siempre supone un motivo de alegría. La pareja no ha dudado en compartir en sus perfiles de Instagram algunas instantáneas.
El ser en cuestión es una gata que, todavía, no tiene nombre. Desde el momento en que el animal atravesó el umbral de la puerta, las hijas de la pareja quedaron enamoradas de ella.
Antes de decidir definitivamente si el animal se quedaba con ellos, el DJ subió varias publicaciones preguntando si era de alguien. En ellas afirmaba que la actitud de la gata no era normal y que denotaba que había estado en contacto con humanos.
De hecho, el músico ha hecho un alegato en contra del maltrato animal muy aplaudido por sus seguidores. En él afirmaba "esas cosas no se hacen, no se abandonan animales, no se maltratan".
Por su parte, la excolaboradora del Viva la Vida también hizo uso de sus redes para encontrar a sus dueños. Está segura de que el animal ha sido abandonado debido a la actitud que muestra con ellos.
Según apunta la pareja, es una gata muy cariñosa, se acerca sin problemas y acude a su llamada. Irene ha afirmado que solo pensar lo que ha tenido que vivir se le parte el corazón.
Ninguno de los dos ha podido negarse ante tal situación, ya que ver la alegría en el rostro de sus hijas les hace inmensamente felices. El cantante ha llegado a afirmar que a pesar de que no le gustan los gatos lo hace por la felicidad de sus pequeñas.
En sus historias de la red social ha afirmado que jamás había tocado uno hasta que el felino apareció y le robó el corazón. Además, ha confesado que lo primero que hizo nada más levantarse fue comprobar si el animal aún seguía en su sitio.
El marido de Irene bromeaba mientras contaba la graciosa anécdota matutina, llegando a pronunciar la famosa frase "tenemos un problema Houston". Dice que ni él ni su mujer son capaces de abandonar a la gata, ya que la pena de dejarla solita les mataría.
La decisión final de Irene y Kiko
Tras consumir todas las opciones que se les ocurría y obtener la negativa por respuesta, ambos han tomado una decisión que cambiará sus vidas. La pareja finalmente ha decidido adoptarla y darle el hogar que se merece.
En una nueva publicación ha afirmado que tanto su mujer Irene, como sus hijas y sus otras mascotas están encantados con la nueva incorporación. Además, ha jurado que piensa cuidarla y mimarla como no lo han hecho en ningún sitio, y que jamás le va a faltar de nada.
Este tipo de gestos altruistas son los que deberían tener todas las personas del munod. Los animales son seres indefensos que necesitan cariño, amor y, principalmente, respeto.
Todos esperamos que el animal se adapte pronto a su nuevo hogar y que tanto Kiko como Irene sepan darle aquello que se merece.