Irene Rosales se está hartando. Con sus recientes declaraciones, su marido ha conseguido ponerse en contra no solo a su hermana, sino que también le ha pasado factura profesionalmente.
Ella, en más de una ocasión, le habría advertido que controlase sus impulsos. Aunque parece que Kiko Rivera no está por la labor de escuchar a nadie. Y menos, según los últimos acontecimientos, a su esposa.
Irene Rosales podría estar harta de las salidas de tono de su pareja
Irene podría estar harta de esta situación y es que hace apenas unos meses los rumores de una crisis en la pareja resonaban con fuerza.
Tanto, que había quien alegaba que Irene Rosales le había dado un ultimátum e incluso habría decidido abandonar la casa familiar.
Irene Rosales, muy sorprendida tras los últimos acontecimientos
"Yo creo que aquí hay algo que nos estamos perdiendo", contaba María Patiño en Sálvame. "Tengo la sensación de que Irene Rosales y Kiko no están bien, creo que ella sabe muy bien dónde está su marido y con quién está", añadía.
"A mí decidme una cosa, tú puedes querer mucho a una persona y querer ayudarlo, pero aquí hay algo que no me cuadra", sostenía la presentadora de Socialité.
"Esta preocupación ya se planteó hace mucho tiempo. Me siguen comunicando, prácticamente, que ella tira la toalla en esa preocupación que tiene. Ya no confía en su rehabilitación, hay formas de vida que ella no comparte".
Eso, sumado a que un familiar muy cercano a Irene Rosales estaría muy preocupado y le habría puesto un alto al hijo de Isabel Pantoja. "No puede más", aseguraban.
"Estaría ya muy cansado de muchas situaciones y por ello habría empezado a ponerse en contacto con ciertas personas".
Lamentablemente, el Dj no ha mostrado ninguna intención de cambiar su actitud, a pesar del daño que se hace a sí mismo. Algo que laboralmente le ha terminado pasando factura.
La cosa no acaba aquí: Irene Rosales descubre el pastel
De hecho, la discográfica Universal, con la que hasta hace poco trabajaba, habría decidido rescindir el contrato que todavía tenía vigente con él.
Y más cuando su marido ha estado incumpliendo los plazos entrega de las canciones acordadas. Eso, sumado a su negativa a la hora de alejarse de las continuas polémicas familiares.
Mientras tanto, desde Mediaset las reacciones tampoco se hacían de esperar. Para empezar, el hijo de Isabel Pantoja tenía pendiente acudir a la casa de Guadalix de la Sierra para sorprender a los concursantes de Secret Story.
Pero, apenas unas horas antes, desde la cadena decidían cancelar esta colaboración. Sobre todo a raíz de las declaraciones que el marido de Irene Rosales hizo contra su hermana Isa en la revista Lecturas. "No la considero mi hermana. Me da igual lo que le pase. ¡No quiero saber nada de ti!", sentenciaba. "La pegué una vez, cuando quiso cortarse las venas".
"Con mi madre también he vivido cosas así. Me decía: 'No aguanto más. Me voy a quitar la vida'. Repetía esa cantinela", proseguía en su impactante relato. Y las consecuencias no se hacían de esperar.
"Las declaraciones han tenido consecuencias importantes que afectarían a su persona, a su profesión y a trabajos futuros", explicaban desde Sálvame.
"Ha dicho que la mejor opción sería la de lanzar un comunicado o pedir disculpas por algunas cosas que se han podido malinterpretar de la exclusiva".
Por lo visto, Rivera se "arrepentiría de algunos comentarios que se han hecho en esa publicación y seguramente pedirá disculpas a su hermana".
"De lo que más se arrepiente es de que, a lo mejor, no se han contado las cosas tal y como se dicen. Que una cosa es hablado y otra leerlas".
Y es que lo que el marido de Irene Rosales no esperaba era el impacto que iban a tener sus palabras en esta ocasión, ya que ha sobrepasado todos los límites.
"Él está alucinado de que esté ocurriendo todo esto. Las consecuencias importantes las va a ver el público en poco rato, en dos horas. Blanco y en botella".