María Patiño se mueve como pez en el agua en el mundo de la prensa rosa. Lleva más de dos décadas en el ámbito del corazón y eso se nota.
A la de Ferrol no le escapa ni una. Y es que es una de las colaboradoras de Sálvame más tenaz y dura con los entrevistados. Por más que lo intenten nadie puede escaparse de sus preguntas.
Su experiencia en el mundillo de la televisión ha conseguido que las cámaras para ella no sean ningún problema. Pero cuando María Patiño está fuera de plató la cosa cambia.
La presentadora de Socialité ha sabido llevar discretamente su vida privada. Algo de lo que no muchos pueden presumir. Y es que aunque se conocen algunos aspectos personales de la gallega, como su pareja, no ha querido convertirse nunca en un rostro televisivo. De hecho, es de los pocos colaboradores de Sálvame que no se ha sometido a un polígrafo o a una entrevista.
María Patiño se limita a hacer bien su trabajo y aunque no puede evitar ser una cara conocida, trata de mantener a su familia al margen del foco mediático. La de Ferrol tiene una entrañable relación con su hijo Julio. Y es que el joven y su madre siempre han estado muy unidos.
A pesar de ello, pocas veces hemos podido ver la cara del joven, al que María protege con unñas y dientes de la popularidad.
De hecho, la primera y casi única vez que le hemos visto, fue gracias a la revista Semana, que publicó las fotos de unas vacaciones famililares en Biarritz.
La decisión del hijo de María Patiño
El hijo de María Patiño cumplió hace unos meses los 21 años. Lo cierto es que el joven guarda un parecido razonable con su madre. Aún así, la cara de María ha ido cambiando bastante durante los últimos años debido a las operaciones estéticas.
Julio es mucho más alto que su madre, estudia en la universidad y sus aficiones son las mismas que las de cualquier chico de su edad, salir con los amigos y pasarlo bien.
Al igual que pasa con Andrea Janeiro, Julio ha decidido preservar su intimidad y no quiere formar parte del mundo en el que trabaja su madre. Ésta respeta la elección de su hijo, por el que se ha desvivido desde pequeño. Y es que el joven se crió con sus abuelos en Sevilla.
María Patiño sólo lo veía los fines de semana. Y es que la periodista quiso lo mejor para su hijo y al ser madre soltera necesitaba trabajar mucho para sacarlo adelante.
De hecho, no se sabe ni quien es su padre, algo que María siempre ha mantenido en secreto y lejos de la atención pública.
Tras el fallecimiento de sus abuelos, Julio se fue a vivir a Madrid con su madre y el marido de ésta y juntos se muestran de los más felices.
María lloró mucho cuando se quedó embarazada
María ha contado que cuando se quedó embarazada de Julio no se lo tomó demasiado bien. En aquellos momentos era una joven de 30 años que estaba luchando por hacerse un lugar en la prensa del corazón. Quedarse embarazada no entraba en sus planes por lo que "me puse a llorar y me abracé al ginecólogo. Le dije no es el momento".
Como madre soltera, María ha recibido muchas críticas a lo largo de su vida por haber dejado a su hijo al cuidado de sus padres para ella seguir trabajando. Ella ha lamentado siempre estas críticas infundadas pues jamás desatendió a su hijo a pesar de verlo únicamente los fines de semana.