Los hermanos Adrià han recibido un duro mazazo económico y emocional en los últimos meses. Los prestigiosos cocineros catalanes, Ferran y Albert, han tenido que renunciar a su gran sueño de situar a Barcelona a la cabeza del mapa gastronómico internacional.
La pandemia del coronavirus ha provocado el cierre de millones de pequeñas y medianas empresas, pero lo cierto es que también ha arruinado proyectos ambiciosos y grandes que tampoco han podido sobrevivir a los efectos económicos de la crisis sanitaria.
Este es el caso del millonario proyecto liderado por los hermanos Adrià, que se asociaron con el gigante empresarial el Grup Iglesias, una sociedad consolidada desde hacía más de 30 años en el sector de la restauración en Barcelona, para fundar ElBarri.
Bajo este nombre, la asociación de los Adriá y los Iglesias consiguió crear un conglomerado de restaurantes de alta cocina que convirtió el Paralelo barcelonés en una especie de «Silicon Valley de la gastronomía». Una idea que pese a ser brillante, no puso resistir a las terribles consecuencias de la pandemia.
Los hermanos Adriá renuncian a su proyecto más ambicioso por la pandemia
Los hermanos Iglesias financiaron el proyecto de los restaurantes de ElBarri, donde los hermanos Adrià aportaban su talento culinario, sus ideas innovadoras y su gastronomía exclusiva.
Hoja Santa, Pakta, Enigma, Bodega 1900 y el popular Tickets tenían listas de espera de meses hasta que la pandemia nos sorprendió a todos a mediados de marzo del 2020.
Ante la imposibilidad de facturar ni un solo euro por los cierres totales y parciales de la hostelería, los hermanos Adriá se vieron avocados al cierre tras acumular su brazo inversor, el Grupo Iglesias Barciela, una deuda millonaria por la falta de solvencia económica.
De hecho, el pasado 26 de marzo el grupo solicitó un concurso voluntario de acreedores por deudas por un valor de 7,5 millones de euros con el objetivo de renacer e intentar salvar algunos de los negocios del grupo, aunque ya han anunciado el cierre de establecimientos icónicos como Espai Kru, Cañota y el emblemático restaurante Rías de Galicia.
La insostenibilidad financiera de los restaurantes de los hermanos Adriá
Otro de los factores importantes que ha provocado el cierre de todos los restaurantes ElBarri se debe a los enormes gastos que supone mantener en pie tantos negocios de máxima calidad y excelencia gastronómica.
Para hacernos una idea de los gastos que conlleva una empresa de estas dimensiones, la revista 'Vanitatis' ha recogido el testimonio de fuentes muy cercanas a la compañía que ponen como ejemplo el caso del Hoja Santa.
«En el Hoja Santa, por poner un ejemplo, tenían capacidad para 20 comensales y trabajaban 28 personas, eso no es sostenible, y cuando parecía que los números llegaban a cierto equilibrio, sin pérdidas, vamos, los Adrià decidían cambiar algo, hacer una nueva inversión», recoge la revista.
Además, las mismas fuentes aprovechan para lanzar un dardo al Gobierno catalán al asegurar que los negocios podían haber sobrevivido con restricciones a la hostelería menos severas, como las de Madrid.
«Si los restaurantes hubieran estado en Madrid, el proyecto seguiría vivo, pero en Barcelona ha quedado tocado de muerte», señala la publicación.
Sin embargo, 'Vanitatis' también recuerda que no es la primera vez que Ferran Adrià tiene problemas para equilibrar las cuentas de sus negocios.
El cierre del popular restaurante El Bulli se debió, en parte, a los pocos ingresos que tenía en comparación con los altos gastos, especialmente en cuanto a personal y proveedores de las materias primas.
Como siempre ha subrayado el propio Ferran Adrià, este tipo de gastronomía tan particular y creativa se necesita mucho dinero, algo que es muy difícil de asumir en estos momentos.