Jaime de Marichalar, elegante pero poco agraciado
Jaime de Marichalar es un hombre elegante, siempre va como un pincel. Ya cuando saltó a la fama por ser el novio, prometido y marido de la Infanta Elena de Borbón, todo el mundo destacó su estilo.
Jaime de Marichalar pertenece a una familia aristocrática navarro-castellana vinculada desde siempre a la monarquía española. La elegancia y la distinción, le viene de cuna. No así la falta de belleza en su cara, alargada y de facciones muy marcadas.
Esta falta de belleza se ve notablemente agravada por su gesto, siempre serio, mal humorado y sin ninguna concesión a la simpatía. En 2001 sufrió una isquemia cerebral que le dejó paralizada la parte izquierda de su cuerpo. Desde entonces, su carácter se volvió mucho más arisco y esquivo con todo el mundo, especialmente con la prensa.
El exmarido de la Infanta Elena (se divorciaron en 2009) no se pierde un desfile de moda, de los que año tras año marcan tendencia en Europa entera. Tiene un gusto estético peculiar, aunque muy elegante, sofisticado y a la vez rompedor.
Por otra parte, Jaime ha sido pionero en tendencias y costumbres que nos parecieron muy excéntricos en su momento pero, que después se han demostrado muy populares. ¿Nadie se acuerda de cuando Don Jaime iba en patinete eléctrico por Madrid? Le trataban de loco, pero hoy se cuentan a miles los patinetes en las grandes ciudades.
Victoria Federica, digna heredera de la 'estética Marichalar'
Su hija, Victoria Federica, es su digna heredera en cuestiones de estética y moda. Tampoco es lo que diríamos un bellezón, pero sí es una muchacha esbelta y que últimamente se ha significado como influencer y seguidora de tendencias.
Así pues, ha incrementado vertiginosamente sus seguidores en Instagram, gracias a sus posados en photocalls y desfiles de alto copete. Seguramente, Jaime de Marichalar es su principal consejero y asesor a la hora de escoger los modelitos más adecuados para cada ocasión.