Cayetana de Alba, más simpática que fea
Cayetana de Alba hizo honor al dicho 'genio y figura hasta la sepultura'.
Fue una noble española, atesorando más títulos legalmente reconocidos que ningún otro noble en el mundo: era dieciocho veces marquesa, veinte condesa, vizcondesa, condesa-duquesa, cinco veces duquesa, y condestablesa. Además de ser catorce veces grande de España. Alucinante, ¿verdad?
También poseía una de las caras más características del panorama del famoseo nacional. De joven, era una chica poco agraciada pero sin excentricidades estéticas. Una chica del montón, como se diría llanamente.
No obstante, se aficionó a los tratamientos estéticos y la cosa empeoró notablemente con el paso de los años. Nunca reconoció ninguna de sus operaciones, pero algunos expertos en cirugía plástica sí enumeraron los tratamientos por los que habría pasado Cayetana de Alba.
Así pues, destacaban operaciones en la nariz, aumento de pómulos, aumento de labios (varias veces), bótox, colágeno... Cayetana prácticamente no tenía expresión durante los últimos años de su vida.
Cayetana de Alba, famosa muy querida por los españoles
Ella, sin embargo, se mantuvo presumida y con ganas de seguir luciendo un rostro terso y sin arrugas hasta prácticamente el día de su muerte.
La duquesa de Alba protagonizó sonados momentos que quedaran siempre en la retina de los españoles. Desde el baile que protagonizó en su tercera boda, con 85 años, a sus enfados con la prensa o sus recurrentes apariciones del brazo de Carmen Tello, su amiga del alma.
Por no hablar también de Flashito, el perrito que siempre acompañaba a la duquesa a todas partes y que vivía como un auténtico marqués perruno. A pesar de que su hija Eugenia, se divorció de Fran Rivera, su primer marido, la duquesa siempre guardó un muy buen recuerdo de él. También Fran ha demostrado su cariño por su exsuegra, incluso pasados muchos años de la separación de Eugenia y Fran.