Gracita Morales nos aportaba humor en épocas que escaseaban las risas
Gracita Morales fue sin duda una de las actrices españolas más entrañables. Desgraciadamente, acabó falleciendo a los 65 años, en 1995.
En plena época de posguerra, fue considerada la gran "chacha" del cine español. En un periodo donde predominaba la tristeza y la depresión, Gracita Morales empleó su gracia natural y sus capacidades humorísticas para hacer reír a todo un país lleno de pobreza.
También fue conocida por sus dotes como actriz dramática. Estuvo trabajando en ese ámbito durante toda su vida, y eso le permitió ganar varios millones de la época. Su etapa de esplendor ocurrió durante los años 60, con películas como Atraco a las tres (1962), La ciudad no es para mí (1966) o Sor Citroën (1967).
Gracita Morales no cometió el mismo error que su padre José
José Morales, empresario del teatro Calderón de Madrid, fue uno de los hombres más adinerados de la época. Sin embargo, su afición a jugar a las cartas provocó que lo perdiera absolutamente todo. Gracita, con el mal ejemplo de su progenitor, tenía la lección aprendida, es por ello que decidió invertir su dinero en un piso en la capital de España.
De todos modos, la "chacha" del cine español tuvo un trágico final. Los problemas mentales, la depresión y no encajar bien que otras actrices más jóvenes la sustituyeran, la convirtieron en una mujer sola y amargada.
Gracita Morales falleció en una residencia, sola y tras varios intentos de suicidio.