Este pasado verano se cumplieron 15 años de uno de los fallecimientos más trágicos dentro del universo Mediaset.
La muerte del que fuera concursante de la cuarta edición de Gran Hermano, Gustavo José Fernández Escobar, fue un suceso repleto de circunstancias extrañas e imprudencias.
El joven y su amiga, Sonia de Diego Mediavilla, perdieron la vida en cuestión de segundos cuando ambos intentaron cruzar un andén en la estación de tren de Venta de Baños. Fueron arrollados por un tren que no tenía parada prevista y murieron súbitamente debido a la gravedad del impacto.
El dramático fallecimiento dejó a los seguidores de Telecinco completamente conmocionados y a toda la cadena de luto ante un siniestro que aún sigue teniendo repercusión en los tribunales.
A día de hoy, la querella interpuesta por las familias de las dos víctimas ha sido sobreseída por el Juzgado de Instrucción número 2 de Palencia. Aunque no piensan darse por vencidos y piensan recurrir ante la Audiencia provincial.
Gustavo Fernández, el concursante de 'Gran Hermano 4' que falleció trágicamente
Los hechos que acabaron con la vida de uno de los exconcursantes del reality más famoso de Telecinco se produjeron a las 2.45 horas del 30 de junio del 2006.
Por aquel entonces, Gustavo Fernández tenía 28 años de edad y disfrutaba del éxito que había cosechado tras participar en la cuarta edición de Gran Hermano. Trabajaba comoboxeador y era natural de Portugalete (Vizcaya), aunque había desarrollado gran parte de su vida en Córdoba.
El joven y su amiga tuvieron un fatal desenlace en la estación palentina de Venta de Baños, donde realizaban un transbordo durante un viaje en tren. Ambos habían tomado el Tren Estrella Costa Verde en Santander con dirección a Madrid, pero nunca llegaron a su destino.
"Iba de camino al programa de Ana Rosa Quintana para hablar del accidente de tráfico que había tenido hacía unos meses. No me puedo creer que haya pasado esto. Tenía tantos proyectos. Es increíble", revelaba su compañero de concurso, Ness, al poco tiempo de fallecer.
Aprovechando que el tren realizaba una parada para completar las maniobras de acople con otras líneas, los jóvenes decidieron dirigirse a la cafetería de la estación.
Con el fin de comprar algunos víveres para el viaje, ambos cometieron la enorme imprudencia de cruzar las vías ferroviarias.
En vez de utilizar el paso subterráneo que estaba a tan solo 30 metros de distancia, Gustavo y su compañera se lanzaron a las vías sin percatarse del tren que venía.
En ese momento, el Sur-Expreso Hendaya-Lisboa pasaba a toda velocidad por la zona, ya que no tenía prevista una parada en la estación palentina.
El tren los arrolló en cuestión de segundos y fallecieron en el acto, siendo sus cadáveres trasladados hasta el Depósito Municipal de Palencia para la realización de una autopsia.
La familia del concursante de 'GH 4' arrollado por un tren lucha en los tribunales
Desde el fallecimiento de Gustavo y Sonia, sus familiares han luchado a lo largo de más de una década en los tribunales de Palencia.
Quieren esclarecer los hechos ocurridos y, por ello, interpusieron una querella por dos presuntos delitos de homicidio imprudente y omisión de socorro.
Las familias se han empeñado en sentar en el banquillo de los acusados al maquinista del convoy y al personal de seguridad de Adif que estuvieron presentes en el accidente.
Sin embargo, el juez ya ha anunciado su decisión de archivar la causa al considerar que no ha habido conducta penal en la actuación de los acusados. Aunque sí ha notificado la existencia de algunas contradicciones en las declaraciones de los imputados.
Los letrados de las familias han sustentado su querella en demostrar que el conductor frenó el convoy después de arrollar a los jóvenes. Una teoría que confirman los datos extraídos de la caja negra del tren y que contradice el testimonio del maquinista, que aseguró haber activado el freno con antelación.
La familia de Gustavo quiere que se aclare en qué momento empezó a decrecer la velocidad del convoy, aunque el juez estima que es un hecho irrelevante.
Tal y como refleja en su auto, el resultado hubiera sido igualmente mortal debido a la elevada velocidad del tren, que no tenía parada en esa estación.