Belén Esteban tiene un estilo muy personal que trasciende a todos los aspectos de su vida. Un estilo que estéticamente para muchos puede ser original, pero para otros puede resultar bastante hortera.
Lo hemos visto en la decoración de su casa, un espacio íntimo y privado que durante el confinamiento se ha convertido en uno de los escenarios más frecuentes de 'Sálvame'.
Belén Esteban enseña su casa en directo
La colaboradora ha contactado cada día en directo desde su casa para participar en el programa vespertino, siendo la cocina el lugar más presenciado por los espectadores.
Gracias a su sección culinaria hemos podido adentrarnos en la cocina de la princesa del pueblo y nunca mejor dicho, puesto que el chillón color rosa que inunda el espacio parece más bien sacado de un castillo de hadas.
Su pasión por la saturación también la observamos en la nevera de la cocina, repleta de imánes que forman una colección de 'souvenirs' de todo el mundo.
Sin embargo, la cocina no ha sido la única habitación que hemos podido ver a través de 'Sálvame' o las redes sociales.
A través de una publicación en Instagram, también hemos visto la piscina de la colaboradora. En el fondo de la misma aparece una gran inscripción con el nombre de su hija, una decoración algo presuntuosa y vulgar.
El salón de Belén, repleto de fotos y estampados variopintos
El salón de Belén es más de lo mismo. Esta espaciosa habitación destaca por la mezcla de diversos estampados que, como bien dice el refrán, no pegan ni con cola.
Mientras que el sofá principal, de color negro y gris, presenta unos cojines de estampado floral, las paredes están forradas por un moderno papel pintado con espirales.
A pesar de esta falta de armonía, la colaboradora si ha querido darle un toque moderno a su salón-comedor a través de algunos cuadros abstractos y el color blanco del mueble de la televisión a juego con las sillas y la mesa.
Pero si por algo destaca el salón de Belén es por la gran saturación de fotos y figuras de decoración mayoritariamente religiosas. El mueble del salón está completamente desbordado de objetos que aportan personalidad pero también algo de vulgaridad a la escena.
Aunque para gustos colores, queda claro que la casa al completo cuenta con el particular sello estético y artístico de Belén Esteban.