Raquel Sánchez Silva y Mario Biondo sentados en un acto

Dos accesos remotos al ordenador de Mario Biondo reabren la polémica sobre su muerte

La familia lucha por demostrar que su hijo ha sido asesinado mientras que en España el caso ya está archivado

Sin duda, la muerte de Mario Biondo es una de las que más misterio generan en el mundo de la televisión. Seis años después de su muerte, la familia del italiano  sigue manteniendo que su hijo ha sido asesinado,  algo que la justicia española ya rechazó en su momento al considerar que el marido de Raquel Sánchez Silva se había suicidado.

Después de que se encontrase el cuerpo sin vida del cámara, mucho se ha hablado sobre los verdaderos motivos que podrían estar detrás de su muerte. Mientras que  en nuestro país hace ya trece años que el caso está archivado, en Italia, sus padres aún luchan por demostrar que su hijo ha sido asesinado.

Una misteriosa muerte sin aclarar

El periodista Andrés Guerra ha querido hacer público cual ha sido el último paso de la Fiscalía de Palermo en la investigación de la muerte de Biondo.

Al parecer, según el periodista,  996 gigas fueron eliminados del ordenador de mesa del ex marido de Raquel Sánchez Silva pocos días después de su muerte. Este suceso, puso en alerta a la justicia italiana, que  no deja de preguntarse  cual era el contenido borrado de dichos gigas, por lo que ha decidido guardar el ordenador y otros enseres personales del cámara.

En su momento, Raquel Sánchez Silva ya había declarado que días después de la muerte de su marido se había metido en su ordenador personal para borrar algunas fotos personales.

A esta eliminación masiva de datos, hay que añadir que los peritos informáticos de la Procura de Palermo, han descubierto que hubo dos accesos remotos al ordenador de Biondo tras su muerte,  uno se realizó desde una empresa en la que trabaja el primo de Raquel Sánchez Silva y otro desde un domicilio de Plasencia, ciudad natal de la conocida presentadora.

Sin duda, estas últimas informaciones vuelven a poner en el centro de la sospecha a Sánchez Silva, que ya había sido acusada, por la familia del italiano, de estar involucrada en su asesinato.