Año a año se suceden en España cientos de desapariciones, algunas de ellas con final, otras, por desgracia, con finales más tristes, pero quizás lo peor es que una parte de todas ellas se quedan sin resolver durante años y años.
No son pocas las personas que llevan años desaparecidas en España en extrañas circunstancias y de las que aun a día de hoy no se sabe nada. Uno de estos casos es el que ha tratado en su último programa de 'Cuarto Milenio' Iker Jiménez.
Se trata de la extraña desaparición de Enrique Martínez hace ya 30 años. Un caso que todavía no se ha podido resolver y que, pese a que en un principio pudiera desaparecer una desaparición más, algunas declaraciones sobre lo sucedido han hecho que muchos consideren que ese día pasó algo paranormal que provocó que Enrique no apareciera nunca más.
La historia no puede empezar de una forma más normal, el 16 de octubre de 1991 Enrique salió con algunos amigos a buscar setas a una zona muy concreta de España, alrededor del famoso pueblo abandonado de la Mussara, en la provincia de Tarragona.
Y decimos famoso porque en la zona este pueblo tiene su propia historia, y es que se ha contado desde hace años que se trata de una puerta dimensional, allí muchos han afirmado haber grabado psicofonías y haber visto cosas ciertamente extrañas. Se trata de un pueblo deshabitado y casi destruido desde el año 1959.
Así pues, Enrique y sus amigos se encontraban por los alrededores del lugar, en pleno día y realizando una actividad tan normal como recoger setas. Hay que mencionar que los amigos no iban todos juntos, pero sí que se iban comunicando hablando a gritos continuamente, pues iban lo suficientemente juntos los unos de los otros para ello.
Según lo que se pudo ver en el programa de Iker Jiménez, llegó un momento en el que Enrique dejó de contestar, cosa que extrañó al resto de amigos, que se acercaron hasta el último lugar en el que le habían escuchado para ver que sucedía, pero no dieron con él.
Lo único que sí lograron hallar en ese sitio fue su cesta con una única seta en su interior. Pero de él, ni rastro. Después de que los amigos no lograran hallarlo de ninguna forma, alertaron a las autoridades y la Guardia Civil inició un importante dispositivo de búsqueda por la zona.
Esta búsqueda duró días, tuvieron la ayuda del ejército y perros especializados en la tarea, sin embargo, nunca se logró dar con Enrique, ni tampoco con su cuerpo, en el caso de que hubiera fallecido. Finalmente el caso se dio por cerrado sin haber logrado encontrarlo, hay que recordar que ya han pasado 30 años desde aquello.
Sobre el caso se valoraron muchas teorías, como que el hombre fuera atacado por un animal salvaje, incluso que fuera uno de los amigos los que realizara el crimen, ninguna de estas cosas se pudieron confirmar, pues nunca se halló el cadáver, como decimos, ni tampoco restos humanos por la zona.
También se habló de una desaparición voluntaria, pero su mujer siempre negó que el hombre pudiera hacer algo así, además, su vehículo se quedó en el lugar, junto a su documentación.
¿Un suceso paranormal?
El misterio vino cuando una de las personas que formaban parte del grupo de amigos declaró una extraña historia sobre lo sucedido el día después de la desaparición, cuando los amigos participaban en el disposituvo de búsqueda del hombre.
En 'Cuarto Milenio' se contó así: «Escucharon lo que parecían ser cascos de caballos que provenían de la abandonada iglesia de San Salvador y dentro descubrieron que había siete figuras más o menos fantasmagóricas ataviadas con túnicas de monje, intentaron entablar una conversación con ellas, pero en cuestión de segundos desaparecieron».
Una historia, sin duda, peculiar. Hay que recordar que se dice también del lugar que es un portal hacia otra dimensión, al parecer, solo pisando una piedra hexagonal que existiría en la zona abandonas nuestra realidad para pasar a un mundo paralelo y desconocido.