La que fuera novia de Álex Lequio Carolina Monje está destrozada por el dolor. Después del fallecimiento del vástago de Ana Obregón y Alessandro Lequio ha decido mudarse y dejar atrás la vivienda que ambos compartían.
Fueron dos años de feliz convivencia pero ahora a la joven empresaria le toca pasar página. Por mucho que cueste.
Un momento realmente duro
La hemos visto muy seria y de riguroso luto. Carolina se ha llevado todos sus enseres del piso del barrio de Salamanca en Madrid en cajas y maletas. Es bien sabido que el duelo se afronta mejor arropado por los seres queridos. Su hermano Fernando y algunos de sus mejores amigos la han acompañado en la difícil tarea.
Carolina, de 27 años, se licenció en Dirección y Gestión de Empresas en la universidad de Derby, en Reino Unido. Trabajó como directora en un hotel de cinco estrellas en la isla de Ibiza. Habla cinco idiomas y hace unos meses se lanzó al mundo de la moda con la creación de una marca de ropa que lleva su nombre.
Su padre Pedro es empresario de la construcción. Su madre, Virginia Vicario, es una de las especialistas en medicina estética de más prestigio de Barcelona.
Una piña junto a Ana y Alessandro que apoyó a Álex hasta el final
Carolina ha pasado los últimos meses yendo y viniendo a Barcelona. Sus visitas a la clínica oncológica donde se trataba Álex fueron continuas. Junto a los padres de su pareja formó un equipo sólido que arropó con fuerza al joven hasta sus últimos momentos.
Acompañó a Ana Obregón y Alessandro Lequio en el entierro en el cementerio de La Paz en Tres Cantos.
En la carta de despedida que le escribió al amor de su vida en Instagram dedicó unas sentidas palabras de agradecimiento para ellos: «Darle las gracias a los mejores padres que podrías haber tenido, a los que admiro por su incalculable fuerza, valentía y amor hacia ti. Siempre formarán parte de mí. Somos tus compañeros de batalla y creo que no podrías haber escogido mejor.»
También escribió unas emotivas frases a Álex: «Gracias de todo corazón por estos casi dos años contigo, los mejores años de mi vida. Doy millones de gracias a la vida y a ti por haberme brindado la oportunidad de conocerte y compartir cada instante desde entonces.»