Boris Izaguirre está estupendo. El presentador de ‘Lazos de Sangre’ ha desvelado todos sus secretos para estar en forma a punto de celebrar su 55 cumpleaños.
El polifacético Boris Izaguirre está atravesando un momento personal y laboral envidiable. El venezolano trabaja codo con codo con Rocío Carrasco en el programa que conduce en ‘TVE, ‘Lazos de Sangre’. Sus emisiones están siendo todo un éxito televisivo.
Sus secretos más íntimos
Además, a punto de cumplir los 55 el próximo mes de septiembre, Boris Izaguirre ha confesado sus secretos más íntimos para estar tan bien. El presentador ha perdido peso y no ha sufrido el temido efecto rebote.
«Conocí a un nutricionista español en Miami y me organizó una dieta de huevo y pescado. Comencé no solo a perder peso sino también a tener la talla y el empaque. De esto hace cinco años y he mantenido esa dieta», ha explicado Boris Izaguirre en su última entrevista, dejando al descubierto uno de sus mayores secretos.
Pero no sólo eso. El venezolano ha contado que la cirugía estética también le ha ayudado a mantener su figura. Y es que no tiene ningún inconveniente en confesar los retoques estéticos que se ha hecho con la ayuda de su cirujano de confianza, Enrique Monereo.
El escritor ha confesado que pasó por quirófano en 2003 para hacerse una liposucción y que más tarde se quitó las bolas de Bichat. Éstas son unas bolas de grasa de las mejillas que también eliminó de su rostro Mar Torres, la ex novia de Froilán. Ambos pueden presumir ahora de pómulos bien definidos gracias a esta técnica tan extendida entre los famosos de Hollywood. Además, Boris Izaguirre ha señalado que se somete a tratamientos de belleza en cabina periódicamente.
Pero no sólo eso, la práctica de deporte le va genial al presentador de ‘TVE’ para su físico y, sobre todo, para su faceta como escritor. «A mí lo aeróbico me viene muy bien. Al correr o nadar no paro de pensar y me viene muy bien para resolver un párrafo a la hora de escribir», ha comentado.
Con estas íntimas declaraciones, el venezolano demuestra que a partir de los 50 se puede tener un físico envidiable echando mano de algún que otro retoquillo estético y, sobre todo, llevando una vida sana.