La nueva entrega del documental de Rocío Carrasco el pasado domingo no dejó indiferente a nadie. En los nuevos capítulos denunció el maltrato psicológico al que fue sometida, por parte de su ex marido Antonio David, durante los dos embarazos. Rocío desveló incluso las duras palabras que utilizó Antonio David aquellos meses: «Vas a malparir».
Pero desde que se estrenó el documental «Rocío: Contar la verdad para seguir viva», la audiencia se divide entre los que creen a la hija de Rocío Jurado y los que no. Entre estos últimos, el argumento principal es que no existen pruebas de sus acusaciones. Pero en el caso de los hechos que denunció el pasado domingo, sí existen y han visto la luz.
El 23 de diciembre de 2016, Rocío Carrasco interpuso en los juzgados de Madrid una denuncia por un presunto delito de lesiones psicológicas. En ella describe los mismos hechos que denunció el pasado domingo en el documental, y a lo largo de 120 páginas intenta demostrar ante el juez los malos tratos psicológicos que le profirió su ex, Antonio David, durante el proceso de separación. Todo ello acabó causando un «trastorno de adaptación en forma de ansiedad y depresión» compatible con la tipificación de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los abogados de Rocío Carrasco intentan demostrar los argumentos uno por uno mediante la reconstrucción de los hechos estos últimos veinte años. Todo parte de la demanda de separación que interpuso Antonio David en 1999 y que concluyó con la sentencia del 15 de enero de 2001 que otorgaba la custodia a la madre de los niños.
Entre estos documentos se encuentra la demanda que presentó Antonio David el 22 de abril de 2003 para pedir la modificación de medidas definitivas. Este documento que ahora ha sacado a la luz la revista Vanitatis, recoge las acusaciones de Antonio David y contiene la mayoría de las frases que Rocío reprodujo en las últimas entregas de su documental.
Lo que dijo ante el juez
En la parte más dura de la denuncia presentada por Antonio David se puede leer: «La madre, en demasiadas ocasiones, no ha procurado a sus hijos la atención y cuidados que necesitan. Comenzando en esta su actitud incluso antes de nacidos, como sucedió en el caso de su hijo menor, que pesé a las reiteradas llamadas de atención y avisos que los médicos y ginecólogos dirigían a la señora Carrasco Mohedano respecto a su actitud durante el embarazo como por ejemplo el estricto y rígido régimen de alimentación al que se sometió a doña Rocío, que bien pudo ser la causa de las deficiencias con las que el hijo nació».
El escrito continúa: «Queremos dejar claro que no culpamos a Rocío de las deficiencias de su hijo, pero sí pretendemos hacer conocedor al Juzgador de la actitud de la madre para con sus hijos, manteniendo siempre una actitud egoísta y cuyo fin siempre ha sido satisfacer sus deseos y nunca tener en cuenta qué era lo mejor para los niños en casa momento».
La denuncia que ahora sale a la luz lo cambia todo, porque demuestra que Rocío decía la verdad en los capítulos 2 y 3 del documental. El propio Antonio David denunció ante el juez la actitud de Rocío ante sus hijos, tanto durante el embarazo como después, y en el caso de su hijo David, incluso desliza que contribuyó a la deficiencia que tiene.
En el año 2017, Antonio David protagonizó una exclusiva en la revista Lecturas en la que hablaba de la enfermedad congénita que sufre su hijo, y que afecta a su capacidad cognitiva. En aquella ocasión, Antonio David aprovechó para arremeter contra Rocío: «Rocío ha gestionado el problema de salud de sus hijos de una manera penosa».
Puso a su hija en contra de Rocío
En la demanda por lesiones psicológicas, Rocío intentó demostrar que la actitud de su hija Rocío Floresestaba condicionada por la conducta de su padre. En ella se incluyen dos informes realizados por equipos psicosociales en los que se dice lo siguiente: «Las descripciones de la menor denotan que ha venido compartiendo con su padre la versión negativa de la Sra. Carrasco, en un clima de confianza mutua entre padre e hija».
En el mismo informe se concluye que la opinión que tiene Rocío Flores hacia su madre está condicionado por los problemas legales que han tenido sus padres a lo largo de su vida, «recibiendo presiones más o menos conscientes y adoctrinamiento más o menos consciente, que dan como consecuencia el rechazo frontal a la madre».
Según los peritos, «esta situación se ha ido gestando durante años y tiene como consecuencia que, en este momento, la figura de la madre no sea referente afectivo para la menor. La opinión de Rocío Flores respecto de su madre parece un discurso que ella misma se ha querido aprender y que está más mediatizado por el conflicto que tienen entablado sus padres y por las presiones que pueda estar recibiendo».