Sálvameno deja de sorprendernos día sí y otro bien, ya sea para bien o para mal.
Si bien hace poco Canales Rivera aseguraba estar en la cuerda floja tras no ceder a las exigencias del director, ahora el programa vespertino decide prescindir de otro de sus colaboradores.
En esta ocasión le ha tocado el turno a Antonio Canales, cuyo despido le ha sido comunicado en pleno directo. Así, el bailaor no se ha tomado nada bien este inesperado gesto por parte Mediaset.
De esa forma, ha terminado explotando contra Sálvame, asegurando que el programa tiene los días contados. Un auténtico repaso que no tiene desperdicio y que ha mantenido en auténtico vilo a la audiencia.
De hecho, antes de comunicar la noticia, todos los colaboradores estaban bastante nerviosos y pensando en las fechas de renovación. Muchos apostaban incluso por el despido de Kiko Jiménez, que ya se estaba viendo con un pie fuera del programa.
Sin embargo, ha sido el último fichaje del vespertino, Canales, quien ha salido peor parado. "En Sálvame exigimos a nuestros colaboradores que den el cien por cien y, por eso, no podemos permitirnos tener en plantilla a colaboradores que no aporten nada", anunciaba Carlota Corredera.
"Por ello, por primera vez en la historia de Sálvame, comunicaremos la no renovación del contrato de uno de los colaboradores. Uno de ellos no ha estado a la altura de un programa como este y tendrá que decir adiós a su silla", proseguía.
A continuación, la presentadora pasaba a explicar los motivos de esta inesperada decisión. "Nadie desea escuchar esta noticia, pero no es una cuestión de humillar", destacaba.
"A todos nos contratan para cumplir con unas expectativas. Y hay personas que no cumplen esas expectativas". Al parecer, Canales no ha cumplido con las expectativas esperadas por parte del programa.
Y eso ha llevado a los directivos a prescindir de su silla, lo que el colaborador ha sentido como una auténtica humillación. Lo cierto es que ni Antonio David tuvo que enfrentarse al penoso percance de tener que afrontar tu despido en pleno directo.
"De 82 días de contrato, Antonio solo ha acudido a trabajar 13 y, a pesar de la duración de cinco horas del programa, suele intervenir una media de cuatro minutos", matizaba Carlota al respecto.
El despido de Antonio Canales consigue un récord de audiencia
Tras descubrir la forma tan vergonzosa en la que le comunicaban su despido, Antonio Canales no tardaba en arremeter contra el formato, asegurando que Sálvame tenía los días contados en televisión.
"No estamos en época de buenas audiencias para el programa. Las estadísticas de Mediaset dejan mucho que desear", replicaba el bailaor visiblemente molesto.
"Lo que no hay que hacer es hablar a tontas y a locas. Lo que no hay que hacer es un programa aburrido como el que estamos haciendo últimamente", azotaba explotando contra los altos cargos.
"Hay que reinventarse, hay que escuchar a la audiencia para no agotarla. Los directores deben empezar a darle al público alegría y no mirarse el ombligo. Cuando baja la audiencia y la gente hace zapping es porque algo no estaremos haciendo muy bien. Y no seré yo todo el culpable, que llevo tan poco..."
Sin embargo, el show que se ha formado en torno a este inesperado despido, ha conseguido por fin que Sálvame Naranja levante sus cifras. El programa había perdido audiencia y fuerza frente a la teleserie turca de Antena 3, Tierra Amarga.
Así lo recalcaba el propio Canales. "Renovar o morirse. No canséis a la audiencia más porque Sálvame se va a pique. Lo que tenéis que hacer es reinventarse y darle un poquito de savia al programa porque la está perdiendo".
"Nos están ganando hasta las teleseries", añadía sin poder contenerse. Sin embargo, esta guerra de reproches ha conseguido captar la atención del público. Tanto, que han batido un nuevo récord.
De hecho, gracias a él por fin ha conseguido ganar la batalla a las teleseries a las que se refería. Por primera vez, Tierra Amarga ha perdido la batalla contra el programa de tertulias. Sálvame se ha establecido como líder de la tarde, con un 17,2% share y 1.561.000 espectadores.