Ángel Casas, periodista que condujo programas punteros en los 90 como Un día es un día, dejó a todos sus seguidores helados en 2020. En septiembre, el comunicador anunció que se retiraba, aunque eran muy pocos los que sabían el motivo real de su marcha de los medios.
Ángel Casas ha sido víctima de un cáncer y de una enfermedad rara. Por ello, el presentador ha sufrido la amputación de ambas piernas y ha sufrido un infarto. Confiesa que lo ha pasado muy mal en los últimos años y ahora se abre en canal en el diario Ara para relatar el sufrimiento que ha vivido.
En 2013 sufrió anemia, tuvo que pasar por varios hospitales y le diagnosticaron un cáncer muy complicado cerca del páncreas. Además, sus riñones no funcionaban bien y le trasplantan uno de ellos, que se lo donó su mujer, Olga. Hace un año y medio, en enero de 2020, le operan y todo va "razonablemente bien", cuenta.
A partir de ahí, el calvario se acentúa y aparece una herida en una pierna que es una enfermedad rara, de nombre calcifilaxis. Con todo, acaban amputándole la pierna en junio. "Gritaba, lloraba de dolor, cada médico decía una cosa diferente, estaba desesperado".
Ángel Casas, todo un ejemplo de lucha y superación
En plena pandemia, "con mi mujer llorábamos por teléfono y no me podía venir a ver y durante cinco meses, de mayo a septiembre. Hasta seis veces le dijeron que estaba a punto de morirme", confiesa Casas en el diario Ara.
La enfermedad se extendió a la pierna sana y también se la amputaron. Además, sufrió un infarto de que se salvó de milagro. "Los médicos no entienden que yo esté vivo", confiesa.
Ángel Casas afirma que luchó "muchísimo: quería continuar siendo feliz con mi mujer, quería continuar disfrutando de mis hijas, quería ver crecer a mis nietos. ¡Todo mujeres! Estoy muy orgulloso de mi familia, se han preocupado mucho por mí y se lo quería agradecer continuando vivo. He luchado ¡sí!".
En septiembre, cuando se retiró, escribió un post en sus redes sociales que impresionó mucho a sus seguidores. "El pasado 15 de enero, mi mujer me regaló un riñón y me lo trasplantaron, dicen los médicos que se ve que fue un éxito. Ahora voy con un riñón prácticamente nuevo, que funciona al cien por cien, y que no sé cómo agradecérselo a Olga, la amo".
La reflexión de Ángel Casas tras el infierno vivido
"Pienso que ha sido una versión del creacionismo a la inversa. En vez de darle la vida a ella a través de una costilla, que ya me dirás qué hacemos de una costilla en la medicina moderna, que aquellos del paraíso eran unos indocumentados, ella me la ha dado a través de un riñón (tiene mucho más sentido científico)".
Ahora, recuperado por fin, habla así: "He alquilado un zulo en el Blue Space donde he guardado los malos recuerdos. También las experiencias traumáticas de estos cuatro meses, el dolor y el aburrimiento (la sensación de día de la marmota)".
"Y los errores de diagnóstico y la abnegación de tantos/as enfermeros/as que han estado conmigo con paciencia y empatía. Portazo a las vivencias traumáticas. Bon vent i barca nova".
Por último, Ángel Casas se refiere a la salud menta. Desvela que el psiquiatra que le trató le comentó que tenía "la cabeza muy clara".
"Hace 15 días que tengo estas piernas postizas, cosméticas lo llaman, son agradables y fáciles de encajar. Por la noche las guardamos de pie y con los pantalones puestos. Hace un efecto muy curioso, como si hubiera medio tío de pie en la habitación", concluye la entrevista.