Desde hace un tiempo, Ana Rosa Quintana no deja de tener protagonismo en los medios y en las redes sociales y no precisamente por su buen hacer periodístico. En concreto, se le ha estado criticando tanto por hacerse eco de bulos en contra del Gobierno, que luego ha tenido que desmentir, como por dejar de lado su absoluta imparcialidad en materia política. Eso sin olvidar que también se ha comentado mucho la presunta relación que ella y su marido tenían con el controvertido comisario Villarejo.
Precisamente esa falta de imparcialidad sobre la crisis del coronavirus y la gestión que está llevando a cabo el Ejecutivo de Pedro Sánchez la han convertido hoy otra vez en objeto de fuertes críticas.
Hace unos días defendió las concentraciones con cacerolas que se están llevando a cabo en el barrio de Salamanca de Madrid contra el Gobierno. Y eso que en ellas, dejando las reivindicaciones políticas de lado, se está poniendo en peligro la salud de todos porque, en muchos casos, no se respetan las medidas referentes a la distancia de seguridad entre ciudadanos. En concreto, las defendió diciendo: «¿A ver quién me puede decir que yo no puedo ir paseando con mi cacerola?».
Esta mañana en 'El programa de AR' que presenta ha querido seguir defendiendo la postura de la derecha y de quienes realizan esas caceroladas. Por eso, ha planteado que el estado de alarma y el confinamiento no es otra cosa que una manera de coartar nuestros derechos.
En concreto, ha optado por preguntarle su opinión a la periodista Ana Terradillos y esta ha sido muy clara: «No siento que estén recortados mis derechos. Cuando no hay vacuna, cuando no hay tratamiento viral...». En este punto, Ana Rosa la ha cortado para decir: «Te quiero recordar una cosa: ¿Cuántos años lleva el SIDA? ¿Diez años? Todavía no hay vacuna».
En ese punto, la tertuliana ha respondido a las palabras de la presentadora diciendo: «Pero hay tratamiento viral. La gente no muere hoy de SIDA».
No obstante, Ana Rosa no ha querido zanjar la cuestión sobre el coronavirus de esa manera y ha añadido: «Desgraciadamente no hay tratamiento viral ni vacuna. Y como tú no puedes alargar esto eternamente, tendremos que hacerlo de forma inteligente para proteger la salud de todos. En Madrid puedo ir a un museo y coincidir con personas que no conozco y no puedo ver a mi familia. Eso coarta mi libertad».
Tanto por las comparaciones que la presentadora ha realizado entre la Covid-19 y el SIDA como por su defensa de las caceroladas, las redes sociales han 'ardido'. Y es que se han llenado de fuertes críticas por esas palabras.
En concreto, se han podido leer mensajes en su contra tales como los siguientes: