Ana María Aldón, concursante de ‘Supervivientes 2020’, confesó su secreto mejor guardado en la gala de este martes conducida por Carlos Sobera desde España y Lara Álvarez desde Honduras. Durante su infancia sufrió malos tratos, situación que hasta su marido, José Ortega Cano, desconocía.
En esta ocasión Rocío Flores, Elena Rodríguez y Ana María Aldón fueron las concursantes de ‘Supervivientes’ que tuvieron que hacer frente al ‘puente de las emociones’, un camino que se hace cuesta arriba para quienes llevan ya más de tres meses aislados de sus seres queridos.
La frutera de Sanlúcar de Barrameda se derrumbó nada más poner los pies en el primero de los cuatro peldaños de madera que forman esa emocionante pasarela, que ya habían recorrido otros de sus compañeros de ‘reality’.
Fue allí donde recordó las torturas que su madre, sus hermanos y ella misma habían sufrido por parte de su padre, una situación difícil de afrontar donde las haya. Incluso llegó a decir que quiso matar a su padre con un cuchillo en multitud de ocasiones, pero que nunca se vio lo suficientemente adulta para hacerlo.
Su historia dejó atónita no sólo a la audiencia, sino también a su marido. Y es que no es para menos con lo que lleva implícito un relato de estas características. Además, el diestro explicó a través de una videollamada con el programa de ‘Telecinco’ ‘Ya es mediodía’, conducido por la periodista Sonsoles Ónega, que no era conocedor de esta dura etapa de la vida de su mujer.
Ortega Cano: «Hay que perdonar a lo largo de la vida»
A pesar de ello se mostró de lo más comprensivo y dijo que se alegraba de que la isla le hubiese servido a Ana María Aldón para desahogarse y estar así más tranquila, no sólo en el concurso, sino también en su vida diaria fuera de él.
«Hay que perdonar, todos a los largo de la vida tenemos algo que perdonar», manifestó el diestro durante su intervención en el programa, un concurso que ha logrado que se conozca la parte más humana de la madre del hijo pequeño de Ortega Cano.