Ainhoa Arteta no gana para disgustos y su estado de salud sigue preocupando a sus más allegados. Después de sufrir un cólico nefrítico a finales de agosto que la mantuvo 10 días en la UCI, ha sufrido un infarto. Como consecuencia del paro cardíaco, los médicos han tenido que amputarle varios dedos.
Según ha adelantado la revista Semana, la soprano sufrió un infarto a finales del pasado mes de agosto. El paro estuvo a punto de costarle la vida, pero los médicos lograron reanimarla y ahora se recupera lentamente. Desafortunadamente, su corazón estuvo demasiado tiempo sin bombear sangre y sus extremidades sufrieron necrosis al no llegarles la suficiente sangre.
En consecuencia, los médicos han tenido que amputarle varios dedos. La cantante se recupera poco a poco en Bilbao, que está sirviendo como su refugio ante una situación de este tipo. Aun así, su estado de salud sigue siendo delicado y sus familiares y amigos están preocupados por ella.
Además, otra cosa que les crea preocupación es el estado anímico de la cantante después de haber pasado por todo esto. Arteta tiene que lidiar con las consecuencias de un infarto y ahora también de perder varios dedos.
La COVID deja a Ainhoa Arteta en silla de ruedas
Lo cierto es que Ainhoa Arteta lo está pasando realmente mal después de haberse contagiado de COVID. Logró superar la enfermedad, pero le ha dejado secuelas que todavía está sufriendo a día de hoy.
La cantante ha explicado toda su experiencia a través de las redes sociales. Ahí la hemos podido ver, por ejemplo, necesitando ayuda de una silla de ruedas para moverse. Los dolores que tiene han provocado que incluso tenga que mantenerse sentada durante sus actuaciones.
Ainhoa Arteta se contagió de COVID-19 hace algunas semanas. Finalmente logró recuperarse, aunque su estado se había resentido y estaba más débil de lo habitual. Probablemente por ese motivo, la infección que cogió hace unas semanas acabó complicándose más de lo esperado.
El pasado mes de agosto, la cantante sufrió una infección renal que acabó en sepsis. Es decir, una respuesta exagerada del cuerpo a una infección que puede provocar severos problemas de salud. A consecuencia de ello estuvo ingresada diez días, pero recibió el alta el 25 de agosto.
Una ruptura sentimental en el peor momento
Y por si fuera poco, la soprano acababa de separarse de su marido, Matías Urrea, después de estar dos años casados. Así, el verano del 2021 será difícilmente olvidable para la cantante, aunque ahora la prioridad es recuperarse de su estado de salud.
Ainhoa llevaba dos años casada con su pareja, Matías Urrea, pero llevaban tiempo en crisis. Según Semana, la pareja decidió separarse después de dos años de matrimonio. Así, la cantante rompió con su cuarto marido y empezó un nuevo proceso de cambios en su vida.
Lo cierto es que la pareja llevaba ya un tiempo con ciertos problemas, como avanza la citada revista. Aun así, habían intentado seguir al pie del cañón, pero finalmente no han podido más y han decidido cortar por lo sano.
Después de su divorcio, la cantante se trasladó de nuevo a Bilbao mientras alcanza un acuerdo con su exmarido. Allí se está recuperando de sus problemas de salud y allí seguirá hasta que esté todo aclarado.
La intención de la pareja es cerrar todos los trámites pertinentes respecto con su divorcio. Y será entonces cuando anunciarán, de forma conjunta y oficial, el final de su matrimonio. Ahora, con los problemas de salud de la cantante, la discreción será primordial para pasar por estos difíciles momentos.