La segunda edición de ‘La isla de las tentaciones’ ha vuelto, y parece que no la hemos acogido con tantas ganas como la primera (de momento). Los protagonistas vivirán, junto a 10 solteros y 10 solteras, separados de sus respectivas parejas.
Al final del programa, podrán abandonar la isla solos, con su pareja, o con alguien que haya conocido en la propia isla. Hagan sus apuestas, porque la cosa empieza fuerte. Pero… ¿Será suficiente para mantener a los espectadores enganchados a la pantalla como en la primera edición?
Seamos realistas: el primer programa dejó el listón muy alto. Tras el fenómeno viral de ‘¡Estefaníaaaa!’, pongo en duda que algún momentazo de esta edición lo supere. Echando un vistazo al primer programa la segunda entrega, he podido ver las claves por las que creo que esta entrega no va a ser un bombazo. ¿Estarás de acuerdo conmigo?
¿Demasiado dramatismo?
Vamos, admite que tú también lo pensaste en cuanto viste a las parejas protagonistas. Sí, un poco de dramatismo está bien y atrae. Pero si ocupa gran parte del programa… malo. En el primer programa de esta segunda edición pudimos ver cómo las parejas derramaban una cantidad de lágrimas como para llenar el mar que les rodea. Y, si esto pasa en el primer programa… ¿Qué sucederá en los próximos?
Parejas muy similares
La mayoría de las parejas que están concursando en esta nueva edición de ‘La isla de las tentaciones’ tienen un objetivo común: superar los celos. Algunos de ellos ya han tenido malas experiencias en el pasado y han ido a la isla para conocerse a ellos mismos y, cómo no, para ‘poner a prueba’ a su pareja. Aunque las comparaciones son odiosas, cuando conocimos a José y Adelina de la primera edición pusimos la mano en el fuego por ellos. Esta vez, no pondríamos la mano en el fuego por ninguna de las parejas: todos tienen papeletas para traicionar a sus parejas.
Por ejemplo, parejas como Pablo y Mayka, han acudido a la isla para superar los celos de Mayka; por otra parte, Melodie y Cristian acuden al programa para superar las inseguridades de Melodie, después de que Cristian le fuera infiel en una ocasión.
Cambio de presentadora
Admitámoslo: Mónica Naranjo dejó el listón muy alto. Nos sorprendió verla conduciendo un programa, pero su manera de hacerlo nos encantó. Se diferenciaba de los demás presentadores del panorama nacional, y era otro motivo más por el que veíamos ‘La isla de las tentaciones’. Ahora, Sandra Barneda conduce la segunda edición y, aunque creemos que está a la altura del programa, Mónica Naranjo le daba un encanto especial. Y los telespectadores lo saben.
La magia del programa se pierde
Una vez vista la primera edición de ‘La isla de las tentaciones’, donde no conocíamos la mecánica del programa y era todo una novedad, esta va a perder fuerza. La segunda edición, de momento, sigue conservando la dinámica de las hogueras y de las casas. Esperamos que nos pueda llegar a sorprender con otras novedades que hagan que nos mantengamos enganchados a la pantalla, porque sino, todo indica que no va a llegar a ser un bombazo como su primera entrega.