Hoy se cumplen dos décadas de la muerte de Pedro Carrasco, uno de los mejores boxeadores de este país y el padre de una de las frecuentes del papel cuché, Rocío Carrasco.
A los 58 años, el abuelo de David y Rocío Flores perdía la vida como consecuencia de un infarto.Tras él dejó a su hija, fruto de su relación con Rocío Jurado, y a una viuda que lo tendría siempre muy presente, Raquel Mosquera.
La situación familiar de entonces poco o nada tiene que ver con la de ahora y su primogénita llora hoy la pérdida de un padre con el que nunca terminó de reconciliarse antes del trágico suceso que acabó con su vida.
Una pérdida muy dolorosa
Raquel Mosquera se desplazaba hasta su casa del Paseo de la Habana de Madrid asustada porque su marido hacía caso omiso a sus llamadas telefónicas desde hacía ya un buen rato.
Una vez allí, la peluquera encontró el cuerpo sin vida del boxeador y, aunque rápidamente se puso en contacto con el servicio de emergencias, nada se pudo hacer por salvar la vida de su marido.
Al día siguiente, su familia y allegados dieron el último adiós a Pedro Carrasco en el cementerio de Carabanchel. Entre los asistentes al funeral se encontraba su exmujer, Rocío Jurado, y su nuevo marido, José Ortega Cano, que acompañaron a Rocío Carrasco en su despedida a su padre.
La cara de la primogénita del boxeador, acompañada por su pareja, reflejaba el dolor de una hija, que se despedía forzosamente de su padre antes de lo esperado y sin poder haberse reconciliado con él.
Un distanciamiento con graves consecuencias
Pocos días antes de que Pedro Carrasco falleciese se produjo un terrible desencuentro entre ellos, que había derivado en que no se dirigiesen la palabra.
Han pasado ya dos décadas y, sin embargo, Rocío Carrasco sigue cargando a sus espaldas con esta terrible comedura de cabeza: ¿Por qué no descolgó el teléfono para acercar posturas con él antes de que se marchara para no volver?
Raquel Mosquera, harta de especulaciones, confirmaba en televisión que padre e hija habían discutido durante la noche de Reyes, justo 22 días antes de que Pedro Carrasco perdiera la vida.
«Pedro llevaba muy mal el distanciamiento con Rocío Carrasco. Sufrió mucho. Yo no podía ver a mi marido así… Yo convencí a Pedro de comprar unos regalos y llevárselos a los nietos, para así entrar en una conversación y arreglarse. Fuimos y estaban Rocío y Fidel. Y la conversación que tuvieron, conmigo se irá a la tumba. Pedro, cabizbajo, me cogió de la mano y me dijo ‘cariño, vámonos’», explicó Raquel Mosquera en ‘Sábado Deluxe’.
«Creo que Pedro falleció por esa discusión. Y los psicólogos lo saben. Después de esa discusión, Pedro se pasaba las noches fumando tres cajetillas diarias mirando al cielo», añadió en su intervención la peluquera.
Lo cierto es que esta sinceridad de Raquel Mosquera le costó una demanda de Rocío Carrasco, algo con lo que ya cuentan de antemano quienes osan hablar de la primogénita de ‘La más grande’ y el boxeador.
Sin homenajes
Aunque es una fecha muy señalada, este año los homenajes tendrán que realizarse en la más estricta intimidad del hogar. Debido a la pandemia, Raquel Mosquera, Rocío Carrasco y el resto de la familia y allegados del boxeador tendrán que conformarse con recordar a Pedro Carrasco desde sus casas.
Hasta que no mejore la situación derivada de la pandemia del Covid-19, las restricciones establecidas por el Gobierno no permiten la movilidad ni las reuniones amplias, así que las visitas a la tumba del gran boxeador español tendrán que esperar todavía unos meses más.