Cataluña ultima los detalles de la reapertura de los locales de ocio nocturno, salas de conciertos y discotecas después de que el pasado mes de julio el Govern decretara el cierre de estos espacios, y se espera que sea efectiva a partir de la próxima semana. La decisión supone un balón de oxígeno para las empresas de ocio nocturno, que aseguran que el 80% de los empresarios de este sector se encuentra en situación de insolvencia y las perdidas estarían alrededor de los treinta mil millones de euros.
Para ello, está previsto que estos locales puedan acoger conciertos de música en directo y el horario máximo de apertura será hasta la una de la madrugada. El público asistente permanecerá sentado, solo se permitirá el 20% del aforo y se tendrá que disponer de una trazabilidad de aquellos que acudan al evento para detectar posibles positivos en caso de confirmarse algún contagio por Covid-19, según avanza Joaquim Boadas, secretario general de FECASARM. La mascarilla será siempre obligatoria y se dispondrá de gel hidroalcohólico para la desinfección.
Prueba piloto en la Sala Apolo
La Sala Apolo ya calienta motores de cara a realizar una prueba de fuego este mismo mes de octubre, que de salir bien, podría establecer un antes y un después en las condiciones del ocio nocturno en plena pandemia, pues permitiría recuperar los aforos anteriores a la crisis del coronavirus y poder asistir a los conciertos de pie y sin distancia de seguridad.
Se trata de un concierto en el que podrán acudir más de mil personas, que a la entrada del local se van a someter a un test de antígenos para detectar el coronavirus al instante. Se trata de un estudio pionero, según ha confirmado Revollo en el programa Via Lliure de Rac 1, que ha explicado que los asistentes, pese a someterse a la prueba, deberán llevar mascarilla y usar gel hidroalcohólico. Detrás de esta iniciativa está el Hospital Can Ruti de Badalona, con Bonaventura Clotet y Boris Revollo como líderes y con el soporte de Primavera Sound.
Los días posteriores al evento se realizará un seguimiento a todo el que haya acudido para comprobar si se han producido contagios y evaluar la efectividad de las pruebas de antígenos, que podrían ser claves para dar solución a la situación en la que se encuentra el sector.
Una prueba que supondría la reapertura de las pistas de baile y una insuflación de aire para la maltrecha economía del ocio nocturno, que asegura encontrarse el límite.