La noticia política de la semana ha sido, sin duda alguna, la dimisión de Pablo Iglesias como vicepresidente segundo del Gobierno. De hecho, Iglesias continúa formando parte del ejecutivo a día de hoy, pero va a abandonarlo en los próximos días para lanzarse de pleno a su nuevo reto: ser candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid y, según sus mismas palabras, «disputarle la victoria a Isabel Díaz Ayuso», un objetivo ambicioso y por ahora muy complicado según los pronósticos de las encuestas, que sitúan al PP en cabeza y con holgada diferencia sobre el PSOE, segundo, mientras que Unidas Podemos se disputaría con Más Madrid la cuarta plaza.
Al margen de la disputa madrileña, la decisión de Iglesias acarrea consecuencias inmediatas, como su vacante en el Consejo de Ministros. Ya en el mismo vídeo en que anunciaba que presentaba su dimisión, Pablo Iglesias lanzaba un nombre para sustituirle: el de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. En los últimos meses, a raíz de la situación de pandemia y los confinamientos, Díaz ha tomado protagonismo por la crisis laboral que se ha desencadenado y por la popularidad de medidas como los ERTEs, así como por la reforma laboral que tiene entre manos.
Díaz será vicepresidenta tercera y no segunda, tal y como establecía el pacto de gobierno
Yolanda Díaz transmite firmeza en sus mensajes, contundencia en el fondo y una cierta suavidad en la forma que la han convertido en una de las ministras más populares de los primeros 14 meses de Gobierno. Al frente de Trabajo, Díaz ha liderado una cartera no exenta de polémica, y menos en una situación de crisis como la que vive España a día de hoy. A su vez, ha ido aumentando su visibilidad y lo cierto es que sus decisiones y su capacidad comunicativa han sido de agrado de los españoles, que la valoran muy positivamente en los sucesivos estudios sociológicos que se llevan a cabo.
Tras horas de conversaciones este martes, 16 de marzo, entre el PSOE y Unidas Podemos, se acordó que Yolanda Díaz no ocupe la vicepresidencia segunda del Gobierno que hasta ahora pertenecía a Pablo Iglesias. El acuerdo de investidura prevé que la formación morada ocupe dicha vicepresidencia, pero surgió un problema cuando Iglesias elevó a Díaz como su sustituta. Con la vicepresidencia segunda y manteniendo la cartera de Trabajo, Díaz hubiera pasado a ser la ministra de ámbito económico de más rango, por encima de la vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño.
Ello hubiera llevado automáticamente a Díaz a presidir, por una cuestión de rango, la comisión delegada de Asuntos Económicos, por encima de Calviño: una disfunción que se ha querido evitar. Es por eso que, finalmente, Unidas Podemos ha aceptado modificar el pacto con el PSOE y, a cambio de que Yolanda Díaz mantenga el ministerio de Trabajo, será la vicepresidenta tercera y no la segunda, a la cual ascenderá Nadia Calviño.
Una ministra 'popular' que Sánchez quiere marcar de cerca
El liderazgo de Yolanda Díaz al frente de Unidas Podemos y su candidatura a las próximas elecciones generales propuesta por el mismo Pablo Iglesias mantienen en vilo a Pedro Sánchez. Solo Nadia Calviño y Margarita Robles superan en valoración de los encuestados, en el último CIS, la que obtiene Yolanda Díaz. Ahora, como vicepresidenta del Gobierno, puede adquirir mayor protagonismo y ello podría contribuir a aumentar más su popularidad, algo que sin duda debilitaría al PSOE electoralmente en una futura contienda.
Y es que, hasta ahora, Pedro Sánchez había visto como la inclusión en el Gobierno de Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, había minado de forma clara la expectativa electoral de esta formación. Los últimos estudios le dan a Podemos entre 25 y 30 escaños, lo que sería el peor resultado de su historia. Una masa de votos perdidos que se van mayoritariamente al PSOE: Sánchez veía, pues, como poco a poco iba absorbiendo el poder de Unidas Podemos a su favor. Pero la dimisión de Iglesias, que entre otros propósitos buscaba también el de parar la sangría morada que se intuía en las encuestas, ha truncado las expectativas del presidente del Gobierno.
La jugada de Unidas Podemos de fortalecer el papel de su nueva líder, Yolanda Díaz, puede dejar a Sánchez fuera de la Moncloa en las próximas elecciones. Si Díaz es capaz de consolidar su popularidad y fortalecerla, podría invertir la tendencia a la baja de Unidas Podemos y recuperar el terreno perdido. De esta forma, restaría apoyos a un PSOE que acabaría saliendo debilitado del cambio en el ejecutivo que está a punto de producirse. Todo ello y una suma entre las fuerzas de derechas podría acabar con una consecuencia muy temida por Sánchez: su desalojo del Palacio de la Moncloa. Habrá que estar atentos, pues, a la evolución de la valoración popular de Díaz y a las acciones que puede tomar el PSOE para frenar su protagonismo.