30 de abril, 12 y media del mediodía. Xavi Cayuela Camilo, un joven de 19 años natural de Tarragona, se encuentra en su lugar de trabajo habitual en una fábrica textil en Cornellà de Llobregat. De pronto, algo no funciona bien y su cuerpo queda atrapado entre unas bobinas. Todos los intentos por salvarle la vida son en vano, y pierde la vida.
Una muerte tan absurda como dolorosa, que ha generado una gran polémica. La empresa desliza que podría tratarse de un error humano, mientras que los sindicatos, indignados, denuncian unas condiciones de explotación laboral. Y enmedio del fuego cruzado, la familia de Xavi rompe el silencio dos semanas después para contar su versión.
Xavi estaba ilusionado. En diciembre había abandonado el lugar donde vivía, Roda de Berà (Tarragona), para trasladarse a Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Había encontrado un trabajo cerca, en Cornellá, y según un familiar suyo «estaba muy ilusionado porque estaba ganando un buen salario y podía ayudar a su madre y su hermano». Lo define como «un niño que lo único que hacía era trabajar y no salir de casa, más que para ir a ver a su madre, a su hermano, y a su novia cuando podía».
Según esta persona que se describe como el tío de la víctima, «la empresa CIDAC, que está en Cornellá de Llobregat, no proporcionaba ningún tipo de equipo de protección individual (EPI) por lo que tenían que comprárselo ellos». Cuenta que les hacían conducir las carretillas sin carnet, y les tenían trabajando 12 horas diarias incluidos los fines de semana. «Las horas extras no estaban declaradas, las máquinas tenían los sistemas de seguridad averiados, y almorzaban acompañados de ratas».
Por eso asegura que la familia está indignada ante las sospechas que se han vertido sobre un posible error humano. Están seguros que Xavi murió por una mala seguridad del sistema y los equipamientos: «El viernes se fue a trabajar por la mañana, y a las 12:30 una máquina de rodillos de tela asfáltica lo engulló y lo destrozó porque el sistema estaba roto tal y cómo él había explicado en alguna ocasión».
'No queremos dinero, queremos justicia'
El primo de la víctima trabajaba en la misma empresa y presenció el terrible accidente que le costó la vida a Xavi. «Presenció cómo se lo tragaba la máquina. Intentó sacarlo de ahí. Llamaron a emergencias y vinieron los bomberos, pero ya no pudieron hacer nada». El domingo enterraron a Xavi en una emotiva ceremonia, pero este familiar asegura que a fecha de hoy nadie de la empresa se ha puesto en contacto con la familia para dar el pésame o dar explicaciones de lo ocurrido.
«Lo único que dijeron al abogado de la familia cuando este llamó fue que iban a reunirse para decidir si le pagaban el entierro o no», asegura. Tras el suceso, los Mossos d’Esquadra abrieron una investigación para esclarecer si puede haber un delito sobre la seguridad laboral. «No queremos dinero, solo queremos que paguen los responsables de este homicidio con la pena máxima, y que la gente conozca lo que ha pasado».
El caso sigue bajo investigación
La familia agradece las muestras de apoyo y la difusión que se ha dado al tema, y además, a todas las organizaciones y sindicatos que, de una forma desinteresada, están apoyando los intereses de la familia. «Imaginaos la rabia que sentimos cuando nos enteramos que la empresa está abierta y sigue operando con normalidad», añade.
La familia ha anunciado movilizaciones y concentraciones que los sindicatos se encargan de coordinar y organizar. Los familiares de Xavi, aún consternados por la pérdida del joven, está tomando todas las acciones posibles para que el caso se resuelva y se esclarezcan las responsabilidades. «La empresa sigue sin ponerse en contacto con nosotros, no tienen corazón», concluye el familiar.
El caso fue transferido al juzgado de instrucción de guardia en Cornellá de Llobregat, que ordenó la apertura de las diligencias para investigar el caso. También fue notificado al Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, como corresponde al protocolo establecido en caso de accidente laboral. La investigación sigue abierta mientras la familia sigue llorando la pérdida de Xavi, el chico de 19 años ilusionado con su nuevo trabajo y que acabó engullido por una máquina.