Un farol de papel de color blanco con símbolos religiosos chinos

Li-Meng Yan, la viróloga huida de China que ha contado su verdad sobre el coronavirus

La científica acusa a las autoridades chinas y a la OMS de conocer los riesgos mucho antes de lanzar el aviso

Hace apenas unos días el mundo entero se sorprendió ante la noticia de que unos científicos españoles habían descubierto rastros del nuevo Coronavirus en aguas residuales de Barcelona de marzo de 2019. Esto confirma que el SARS-CoV-2 circulaba por Europa mucho antes de la alarma por la pandemia, algo que acaba de confirmar alguien que sabe mucho.

Sabe tanto que tuvo que huir de China para poder hablar. Se trata de Li-Meng Yan, una reputada viróloga de Hong Kong que emigró a Estados Unidos para poder contar que las autoridades chinas conocían los riesgos de la pandemia antes de que estallara.

Asegura que realizó una investigación al comienzo de la pandemia y que, de haber sido escuchada, se habrían salvado muchas vidas. Sin embargo, la ignoraron, y ante el riesgo que corría su vida dejó su familia y su país para ir a un lugar seguro donde contar su historia. La científica confirma ahora que el virus circulaba mucho antes de su aparición.

A raíz de su investigación, Yan alertó a sus superiores de la letalidad del virus. Ahora afirma que ya sabe cómo lo ocultaron. El 31 de diciembre, antes de que China y lo OMS lo admitieran, un compañero le advirtió ya de que el coronavirus se transmitía de persona a persona. La OMS misma negó este tipo de transmisión el 9 de enero.

De hecho, la científica va más allá y asegura que la OMS conocía la peligrosidad del virus antes de hacerlo oficial. Cuando Yan notificó a sus jefes la capacidad de propagación del virus, estos no le hicieron caso y le dijeron: «Tú sigue trabajando». Comprobó entonces como los expertos guardaban silencio uno tras otro a pesar de las evidencias.

'No traspases la línea roja'

Yan se sorprendió de que sus colegas no dijeran nada a pesar de que cada vez más personas enfermaban pero no recibían tratamiento diagnóstico a tiempo. El 16 de enero le dijeron que mantuviera silencio y que tuviera cuidado.

En una entrevista desde el lugar donde se encuentra escondida, Yan explica que en aquel momento le amenazaron con una expresión muy elocuente: «No traspases la línea roja». Fue entonces cuando decidió que tenía que hacer algo. Su elección fue huir del país para contar la verdad, aunque dejó a toda su familia atrás, incluido su marido, que no la siguió.

Planeó su marcha sola y el día elegido eludió las cámaras y los censores de la Escuela de Salud Pública de Hong Kong, donde trabajaba, y se llevó su pasaporte y su bolso rumbo al aeropuerto. Su avión aterrizó en Los Ángeles el 28 de abril. El FBI investiga su paradero mientras ella sigue escondida en algún lugar del país.

Según Yan, las autoridades chinas han entrado y registrado su apartamento, y han entrevistado a sus padres. También han borrado su página y su cuenta de correo para intentar desprestigiarla.  La embajada China en Washington niega saber quién es e insiste en que igual que la OMS ha actuado con transparencia desde el primer momento.