Victoria Ayres era una madre de 6 niños que moría hace apenas unas semanas. Esta joven de 37 había sido diagnosticada de cáncer hace algo más de un año. Desgraciadamente, acaba perdiendo la vida y eso que los médicos le habían dicho que estaba curada.
Esta madre soltera vivía en la localidad de Blackburn, dentro del condado de Lanchashire, en Inglaterra. Su vida cambió por completo a finales de 2019. Fue concretamente en el mes de diciembre cuando empezó a sentirse mal y decidió ir a consultarlo con un médico.
Uno de sus primos, Chris Murray, relataba en el Daily Mail lo muy cambiada que la vio durante esas Navidades. No pudo evitar fijarse en la gran cantidad de peso que había perdido. Finalmente, se dieron cuenta de la grave enfermedad que la estaba afectando
Tras la visita médica, el diagnóstico que recibió no fue nada halagüeño. Le confirmaron tenía cáncer de cuello uterino en etapa 3. Y sus esperanzas no eran muchas, pues el porcentaje de supervivencia era de un 30 a un 50%.
Pese a ello, Victoria nunca se rindió y decidió luchar contra esa enfermedad. Lo hizo básicamente por sus 6 pequeños: Davina, Michael, Matthew, Megan, Amelia y C-J. Fue por ellos que empezó el tratamiento de manera inmediata y que marcaría su vida a partir de ese instante.
Victoria mejoró a los pocos meses, pero un año después volvió a empeorar
Las primeras semanas y meses de lucha contra el cáncer fueron posiblemente los más duros. Se tuvo que someter a un intenso tratamiento de quimioterapia que la dejaba muy débil. Pero pese a ello, nunca perdió las esperanzas de que se podría recuperar.
Y la verdad es que contra todo pronóstico, así pareció al cabo de unos pocos meses. Durante estos, estuvo ingresada en el Hospital Preston Royal En este centro es donde le trataron contra su cáncer y donde le darían una gran noticia.
Era el 09 de abril de 2020 y en ese momento le confirmaba que estaba "totalmente curada". Como es lógico, la noticia le hizo entrar en un gran estado de emoción y alegría. Decidió que en ese momento pasaría a vivir su vida de otra manera junto a sus hijos.
Tomó una decisión muy importante como es dejarlo todo en su ciudad y mudarse a Gales. En esta región, quiso captar fondos con una marcha benéfica para dedicarse en exclusiva a sus hijos. Su objetivo era crear con ellos "recuerdos imborrables" junto a ellos.
Una de los motivos que la llevo también a mudarse es que allí podría disfrutar de uno de los placeres de su lista de deseos. Pudo comer durante un tiempo el paté en tostadas típico de Gales y muy valorado en Reino Unido.
Todo parecía ir bien, pero desgraciadamente su estado de salud volvió a empeorar de manera súbita. Era marzo de este 2021 cuando le comunicaba que sufría una recaída. Y está vez el tratamiento no podría hacer nada por ella.
No tardó mucho este nuevo cáncer en extenderse por varias partes de su cuerpo. Concretamente, le empezó a afectar a sus riñones, su pelvis y su vientre. Su estado de salud empeoró de manera tan rápida que finalmente tuvo que pasar sus últimos días en silla de ruedas.
Al menos sí que pudo disfrutar de sus hijos en un día tan especial como su cumpleaños. Celebraba que cumplía 37 años justo una semana antes de morir. Se iba la que su madre quiso definir como "una madre amorosa y divertida, la vida y el alma de toda fiesta. Para ella, sus hijos eran su vida".