Son muchas las secuelas del Covid que se han ido revelando durante el transcurso de la pandemia, algunas, como la pérdida del apetito o del olfato son bien conocidas, pero duran de uno a tres meses, otras como la de Verena, se convierten en una auténtica pesadilla. La joven de 16 años lleva desde el mes de octubre tosiendo cada dos segundos, una sintomatología que no puede remediar y que la mantiene apartada de su rutina.
Si bien para la mayoría de españoles el Covid ha trastocado sus hábitos diarios, la tos de esta adolescente se ha convertido en el extremo. «El Covid le ha dejado una secuela extraña a mi hija: tose cada segundo y medio, a veces sufre ataques tan fuertes que pierde el conocimiento. No puede llevar una vida normal» comenta el padre de la menor a 'El Español'.
El padre de la menor asegura que han contrastado el caso con algunos especialistas, en concreto con un neumólogo de Madrid, que ha estudiado en profundidad lo particular de la situación de Verena. El documento gráfico con el que acercó el caso al experto se denota la sintomatología que tiene la joven. La tos que sufre esta chica se produce desde el momento en el que se levanta hasta que se va a dormir.
«Me despierto mucho por las noches. Me cuesta mucho estudiar porque no puedo concentrarme, sufro dolores de cabeza, mareos, inflamaciones articulares y también me fallan el oído y la vista» asegura para el medio mencionado.
Innumerables médicos, ninguna solución
«Verena estuvo ingresada diez días para hacerle pruebas para ver el origen de esa tos mecánica que no se le pasaba con ninguna medicación. A partir de ahí comenzamos el periplo por especialistas de Madrid y Albacete: un neumólogo, un otorrino, un alergólogo, un neurólogo» comenta el padre ante los síntomas que presenta su hija.
Uno de los problemas que ha ocasionado la afección de Verena en su cotidianeidad es que no puede practicar actividades como el CrossFit o el baile. Tampoco puede mantener conversaciones duraderas con sus amigos, y la mayoría de su entretenimiento se reduce a ver la televisión. Por culpa de este diagnóstico la menor se somete a un tratamiento psicológico, ya que no puede ni comer con normalidad.
Según le han asegurado algunos sanitarios a su progenitor, se puede tratar de una tos psicosomática o psicógena, es decir, un fallo del cerebro que deriva una orden errónea. La tos no es el único efecto negativo al que se ve sometida la joven, ya que a causa de la continua patología no consigue leer porque se le mueven las letras, no ve bien no puede escuchar de forma correcta.
La situación en primera persona
A pesar de lo complicado del momento, Verena no se rinde y continúa estudiando cuarto de la ESO. Asiste a las clases de forma telemática a pesar de que necesita «tres días para estudiar algo que haría en un día. Se ha apuntado a clases particulares para pasar a Bachiller porque va por detrás de sus compañeros, primero por el Covid, y ahora por culpa de la tos que le impide acudir a clase» comenta el padre.
Los familiares solamente le piden a las autoridades que aceleren el proceso de evaluación del caso, porque aseguran que su hija vive un auténtico calvario. «Lo único que pedimos a las autoridades sanitarias es agilidad en las pruebas médicas porque este martes se cumplió medio año desde que empezó a toser» comenta el progenitor.
La Consejería de Sanidad comenta que la demora se debe a que el retraso se debe a que «la paciente la está valorando un equipo multidisciplinar de facultativos de distintas especialidades». Entre los expertos que tratan el caso de la menor se encuentran las ramas de neurología, neurofisiología o psiquiatría. Todo ellos pendientes de «terminar el estudio necesario para poder concretarles la impresión diagnóstica»