Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío. Pedro Sánchez conoce muy bien esta máxima y está dispuesto a aplicarla con quien fue su feroz rival en el PSOE hace escasos años: la expresidenta de la Junta de Andalucía y líder del PSOE andaluz, Susana Díaz. Era 1 de octubre de 2016 cuando una rebelión interna en el Comité Federal socialista obligó al secretario general del partido, Pedro Sánchez, a presentar su dimisión. Era la constatación de que Susana Díaz y su sector más afín controlaban la cúpula del partido.
Una muy mala relación entre Sánchez y Díaz
Con el entonces presidente asturiano Javier Fernández al frente de la gestora del partido, Díaz pasó a tener control directo sobre los socialistas y diseñó a su medida el proceso de primarias para elegir nuevo secretario general en mayo de 2018. Era su momento, el día en que la líder andaluza tenía que ser proclamada secretaria general del PSOE. Pero fracasó. Tras semanas de intensa campaña con todo en contra, Pedro Sánchez dio la gran sorpresa y arrasó en unas primarias en las que la militancia volvió a situarle al frente de la formación. La jornada que debió servir para entronizar a Díaz marcó el inicio de su debacle: poco más de un año después, perdía la presidencia de la Junta de Andalucía, que dejaba de ser socialista por primera vez en la historia.
Desde entonces, las aguas parecen haberse encauzado en el PSOE. Sánchez y Díaz, que mantienen sus tensiones y que no guardan buena relación, mantienen la cortesía en público, e incluso se han apoyado mutuamente en mitines. Pero Pedro Sánchez no olvida la puñalada que recibió de la líder de los socialistas andaluces hace ya cuatro años y medio y cómo de beligerante fue durante la campaña de las primarias. Ahora, el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno lo tiene claro: es el momento ideal para cobrarse su venganza y terminar con Susana Díaz.
Juan Espadas, el 'plato frío' de Pedro Sánchez para acabar con Susana Díaz
Es por ello que Sánchez y su entorno han empezado a trabajar arduamente en la búsqueda del candidato ideal que pueda arrebatar a Díaz el liderazgo del PSOE de Andalucía y que pueda ejercer, dentro de un año y medio, como candidato socialista a la presidencia de la Junta, para disputarle la plaza al actual presidente popular, Juan Manuel Moreno Bonilla. En un primer momento se dio por hecho de que la candidata sanchista a las primarias andaluzas sería la actual ministra de Hacienda y antigua mano derecha de Susana Díaz en el gobierno andaluz, María Jesús Montero.
Pero finalmente, Sánchez ha optado por otro nombre: Juan Espadas, el alcalde de Sevilla desde 2015. Hacía meses que varios mandos socialistas habían sondeado a Espadas sobre la posibilidad de dar el paso y enfrentarse a Susana Díaz, y si bien el alcalde sevillano parecía dispuesto a ello, ponía una condición 'sine qua non': contar con el apoyo nítido de la dirección federal del partido. Espadas está dispuesto a plantar cara a Díaz si es el candidato sanchista oficialmente: temía un apoyo ambiguo y tenía claro que no daría el paso si no obtenía un compromiso firme por parte de la cúpula del PSOE.
Lo cierto es que Pedro Sánchez lleva años esperando la coyuntura ideal para acabar con Susana Díaz y la candidatura de Juan Espadas encaja a la perfección con su objetivo. Se trata de un nombre muy bien situado en el PSOE andaluz y que no cuenta con las reticencias que suelen encontrarse los políticos sevillanos en el resto de Andalucía, acusados eternamente de centralismo: Espadas ha sabido marcar muy bien, desde el inicio de su andadura en la alcaldía, su perfil andalucista, estableciendo alianzas con el alcalde de la otra gran ciudad andaluza, el popular malagueño Francisco de la Torre.
Para convencer definitivamente a Espadas, el alcalde andaluz fue citado hace unos días a una reunión con José Luis Ábalos que es, además de ministro, el secretario de Organización del PSOE. El alcalde de Sevilla se mostró abierto a presentar su candidatura y se espera que en los próximos días mantenga una reunión privada con Pedro Sánchez para sellar su asalto a Díaz. En el PSOE ya no se esconden: Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, vicepresidente primero del Congreso, secretario de Relaciones Institucionales del PSOE y otro de los archienemigos de Díaz declaraba el lunes que Espadas es «el principal activo del PSOE andaluz», en una descalificación indirecta a Díaz.
Espadas gusta en Ferraz por su perfil pactista: mientras llegó a la alcaldía gracias a los apoyos de Izquierda Unida y Podemos, ha sido capaz de pactar los últimos presupuestos del Ayuntamiento de Sevilla con Ciudadanos y no duda en ir de la mano con representantes del PP, como en el mencionado caso de Francisco de la Torre. Su dinámica ascendente le sitúa en una posición privilegiada para ser el próximo secretario general del PSOE andaluz y el candidato a la presidencia de la Junta en las elecciones de diciembre de 2022. Espadas es, además, el plato frío de Sánchez para acabar, por fin, con su gran rival en política: Susana Díaz.