La variante Gamma, previamente llamada variante brasileña o P.1, preocupa a la OMS, que la denomina VOC: variant of concern. Hasta el momento, no se ha extendido tanto como la Delta.
El caso es que en Brasil, donde surgió Gamma el pasado mes de noviembre, sigue predominando esa variante, como apreciamos en la web de Covariants. A su vez, en otros países de Sudamérica comparte incidencia con la Delta, según recoge la base de datos GISAID.
Desde la Guayana Francesa llega un estudio sobre un brote de COVID-19 entre vacunados que anuncia la peligrosidad de la Gamma.
Gamma, causante del brote en una mina de oro brasileña
Hablamos de lo sucedido en una mina de oro de esta zona en mayo de este año. Un brote de COVID-19 que afecta a 24 mineros de mediana edad. El caso es que llama la atención que la gran mayoría de los mineros ya estaban vacunados con la dosis de Pfizer.
El estudio refleja que existe "una tasa de ataque sorprendentemente alta entre personas completamente vacunadas con la vacuna BNT162b2 (Pfizer/BioNtech)". La tasa de contagio entre quienes habían recibido las dos dosis del fármaco fue del 60%.
"Este brote inesperado en una población vacunada, pequeña y aislada, requiere más estudios en la vida real sobre la eficacia de la vacuna BNT162b2 contra el VOC Gamma", sentencian los investigadores.
A su vez, cerca del 90% de los vacunados infectados tuvieron síntomas, especialmente fiebre, pero nadie cayó grave. "Nuestras observaciones sugieren que BNT162b2 protege del COVID-19 severo", apuntan los creadores del estudio.
La mitad de los afectados tenían factores de riesgo
La localización del brote fue un lugar aislado dentro de la selva amazónica y a 72 kilómetros de la capital, Cayena. A finales de mayo llegó el primer positivo y tras este, surgieron otros casos de COVID-19 en la mina. Hasta allí se desplazó un equipo médico para investigar lo ocurrido y hacer un seguimiento a los 44 trabajadores, todos ellos vacunados un mes antes.
42 de ellos eran hombres y 18 tenían factores de riesgo para una COVID-19 grave: hipertensión, diabetes u obesidad. Estaban en habitaciones separadas, pero comían juntos. Asimismo, en la zona exterior trabajaban sin mascarilla.
Mientras, 25 de los 44 estaban totalmente inmunizados y otros 15 habían recibido una sola dosis, y 6 de ellos habían pasado el virus. A su vez, otros cuatro mineros no estaban vacunados.
La vacuna no bastó para evitar los contagios
"No se esperaba una eficacia de la vacuna tan baja contra la infección por la variante Gamma, porque los estudios in vitro habían demostrado una reducción similar de la neutralización de las variantes Beta o Gamma por parte de los anticuerpos generados por la vacuna BNT162b2", aseguran los investigadores.
Por tanto, "dada la tasa de ataque sorprendentemente alta", al principio hubo "posibles disfunciones en la conservación o administración de las vacunas. Pero, la ausencia de una interrupción de la cadena de frío rastreable y el uso de diferentes lotes pareció refutar esta hipótesis".
Concluye el estudio sosteniendo que "un esquema de vacunación completo no fue suficiente para prevenir la infección sintomática del SARS-CoV-2. Su transmisión en este contexto de vida comunal sin mascarillas".
Además, "las condiciones de trabajo de algunos mineros (calor, humedad, aerosoles) y el intercambio de cabinas de máquinas con otros también podrían haber contribuido a la transmisión".
Como dato positivo, hay que destacar "la ausencia de COVID-19 grave en una población de alto riesgo". Según los autores del estudio, "sugiere, aunque no prueba, la protección de la vacuna contra la enfermedad grave".
Finalmente, los investigadores recomiendan que "el uso de mascarillas y el distanciamiento social son necesarios. Sobre todo, entre las personas con exposición frecuente en zonas endémicas de la variante Gamma".