Terremoto a la vista en Moncloa. Justo cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dispone a iniciar la ronda de contactos para tantear al resto de los partidos sobre la aprobación de los presupuestos generales, su socio de gobierno, Unidas Podemos, lanza un órdago con una clara línea roja: «si pacta con Ciudadanos, que no cuenten con nosotros».
Sánchez tiene claro que la estabilidad de la legislatura pasa por estos presupuestos, que serán además los más difíciles de la historia reciente de España, tanto por la crisis económica en la que se encuentra el país, como por el contexto de excepcionalidad a raíz de la pandemia.
Hasta ahora, Sánchez ha jugado a dos bandas. Por un lado, lleva semanas lanzando mensajes tranquilizadores a Podemos dejando claro que la base de los presupuestos serán los acuerdos de legislatura, pero por otro lado también se ha dejado querer por Ciudadanos, que desde las últimas prórrogas del estado de alarma se convirtió en un puntal imprescindible para Sánchez.
Pero Unidas Podemos nunca había hablado tan claro como lo acaban de hacer sus portavoces, Isabel Serra y Rafa Mayoral. «El PSOE sabe que con nostros no va a contar si quiere sacar unos presupuestos con Ciudadanos», ha dicho de forma tajante Serra, y Mayoral ha avisado que «nuestro proyecto es incompatible con Ciudadanos».
Rafa Mayoral ha dicho que las propuestas de Ciudadanos «van a ser de recortes» y ha dejado claro que no puede haber unos presupuestos del PSOE con Ciudadanos porque Ciudadanos no está en el Gobierno. Si esto sucediera, dice, habría otro Gobierno: «Apostamos por la mayoría que sacó adelante la investidura».
Un camino cerrado
Es la reacción inmediata a lo que se acaba de conocer: Ciudadanos tendrá un lugar preferente en la ronda de contactos que el presidente Sánchez iniciará la semana que viene con el resto de los partidos. Sánchez se reunirá con Inés Arrimadas después de la primera reunión que mantendrá el miércoles con el líder de la oposición, Pablo Casado.
Aunque ERC cuenta con más diputados que Ciudadanos, desde el Gobierno lo justifican como un reconocimiento a la oposición constructiva del partido de Arrimadas. La preferencia del PSOE por Ciudadanos antes que ERC ha sido la gota que ha colmado la paciencia de la formación morada, que ha mostrado su malestar de esta forma.
El PSOE está intentando seducir a los partidos de la oposición para sacar los presupuestos adelante con un amplio consenso. Sin embargo, Serra ha cerrado esa puerta al considerar que «la garantía de que en este país haya unos presupuestos sociales tiene que ver con que el PP y Ciudadanos no tengan ni voz ni voto en estos presupuestos».
La portavoz ha insistido en que dar el brazo a torcer ante PP y Ciudadanos será aceptar unas cuentas «de los recortes», y ha recordado que estas formaciones se sostienen en comunidades como Madrid gracias al apoyo de Voz. Rafa Mayoral ha zanjado la cuestión de forma clara: «Para nosotros este camino está cerrado y no conduce a ninguna parte».