En su última foto luce como cualquier veinteañera feliz que está disfrutando de unos días de vacaciones en la Costa del Sol. Para que se vea bien el fondo, saca medio cuerpo por el balcón del ático en el que se encuentra, un noveno piso frente al puerto deportivo de Marbella. Instantes después, el horror: la joven se precipita al vacío y muere.
Sucedió el viernes por la noche. La joven, una turista noruega de 24 años, logró colgar las últimas fotos a Instagram segundos antes de morir. Se cree que cayó mientras se estaba haciendo un selfie, aunque tendrá que confirmarlo la investigación que ya está en marcha. De momento, se trata el caso como un accidente desafortunado.
Uno de los comerciantes que presenció el suceso declaró a Diario Sur que «había mucha gente en la calle a esa hora, es un milagro que no cayera encima de alguien». Según su relato, se oyó un gran estruendo que hizo salir a los comerciantes de la zona a ver qué pasaba. Entonces vieron a la víctima tendida en el suelo, y alguien tapó el cadáver para evitar que nadie tomara imágenes.
Los servicios de emergencia recibieron el aviso a las 20.15 de la tarde. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron efectivos de la Policía Nacional y un equipo médico para atender a la víctima. Esta yacía en la acera de la calle Padre José Vera, en pleno centro de Marbella. Pero no pudieron hacer nada para salvarle la vida, y los agentes abrieron una investigación para esclarecer el motivo de la caída.
Al principio se desconocía incluso desde dónde había caído la joven, hasta que una vez localizado el punto los agentes recorrieron las nueve plantas del edificio Milenium. Así lograron llegar hasta el noveno piso, el lugar por el cual se había precipitado al vacío. Allí se encontraban los amigos de la joven, que ni se habían dado cuenta del suceso y se enteraron por la policía.
Un grupo de compatriotas pasando la tarde
A partir de ahí se desataron los rumores, e inicialmente se especuló con que la chica había caído del balcón durante una fiesta. Tras las primeras indagaciones se descartó que fuera así, ya que el ático donde sucedió todo es el domicilio de un matrimonio noruego con un bebé. La joven los había conocido durante sus vacaciones en Marbella, según cuenta el Diario Sur a partir de las fuentes consultadas. Al parecer estuvieron almorzando juntos, y ellos la invitaron a su casa a tomar una copa.
Una vez recogida esta información, la policía trabaja con la hipótesis de que simplemente era un grupo de jóvenes pasando la tarde. Ahora intentan reconstruir los últimos minutos antes del suceso, para completar el atestado que en un principio se basa en la teoría de un accidente fortuito.
Quería dejar constancia de sus vacaciones
Las primeras pesquisas han permitido establecer una idea de lo que pasó: En un momento dado, la pareja entró en una de las habitaciones para dormir al bebé y la chica aprovechó para salir al balcón, fumar y hacerse algunas fotos y vídeos. Quería dejar constancia de sus vacaciones en su cuenta de Instagram, donde llegó a colgar algunos testimonios gráficos. Al intentar hacerse un selfie, perdió el equilibrio y se precipitó de una altura de nueve pisos.
El matrimonio ni se enteró de la caída, hasta que vieron entrar a la policía por su puerta. Tras las primeras indagaciones y el levantamiento del cadáver, en el lugar de los hechos apenas quedó ni rastro de la tragedia. Instantes después, la calle volvía a ser un hervidero de turistas y vecinos yendo arriba y abajo. Solo quedaron un par de velas encendidas por alguien en memoria de la joven que horas antes había perdido la vida allí.