Hay pocas dudas de que las últimas semanas han sido posiblemente las más difíciles que ha tenido que vivir la tripulación del Ángeles Alvariño. Este buque del Instituto Español de Oceanografía estaba destinado a realizar inspecciones en el fondo del mar para investigaciones científicas. Pero en esta ocasión se dedicó durante algunas semanas a una trabajo antes nunca visto: la búsqueda de Anna y Olivia.
Trabajaron durante días casi sin descanso para tratar de localizar los cuerpos de las pequeñas y de su padre y asesino, Tomás Gimeno. Finalmente, el pasado miércoles se daban por concluidos los trabajos. Se daba por "imposible" seguir trabajando en esa zona.
Ahora está por ver si la jueza que lleva el caso se abre a estudiar las iniciativas privadas que han pedido seguir con la búsqueda. Hablamos por ejemplo del submarino privado 'Piscis VI'. Pese a todo, hasta Beatriz, la madre de las pequeñas, que siempre se ha mostrado muy esperanzada, se da por vencida.
Lo que está claro es que pese a no haber sido del todo exitosa, la búsqueda del buque español ha sido todo un hito. Pocos podían creer que gracias a su sonar y al robot submarino se pudiera encontrar a las niñas. Todo cambió cuando se encontraron los primeros objetos, cómo la botella y la manta de Tomás.
Ese hallazgo acabó con muchas de las esperanzas de hallar con vida a las pequeñas. Pero al menos si que sirvió para que se pudiera cerrar el caso y acabar encontrado el cuerpo de Olivia.
Precisamente, sobre ese momento ha hablado uno de los implicados en el mismo. Se trata de uno de los 14 tripulantes del Ángeles Alvariño que ha estado trabajando en la búsqueda. Es un vecina de la localidad de O Morrazo.
Esta ha explicado algunos de los detalles en una entrevista a El Faro de Vigo. No dudaba en confirmar el duro golpe que fue hallar el cuerpo de la pequeña. "Cuando encontramos el cuerpo de Olivia a muchos se nos saltaron las lágrimas, y eso que no vimos los restos", afirmaba.
Él ya hace dos semanas que está en casa al ser relevado por otros compañeros. Pese a ello reconoce que “desconectar de lo vivido no es fácil”. Añade que el motivo es “porque mucha gente nos pregunta por lo que pasamos. En esto juega mucho la mente de cada uno. Como no vimos nada, ahora vamos dejando atrás todo aquello”.
Cómo fueron los trabajos de búsqueda de las niñas
Recuerda cómo se desarrollaron los trabajos de búsqueda de las niñas. «Cuando llegamos allí la policía ya tenía delimitado el campo sobre el que había que buscar», relata. Ellos se dedicaron a barrer lateralmente con una sonda y a comprobar lo encontrado con el robot.
Estaban a punto de dejarlo el 8 de junio pero dos días antes todo cambió. «Encontramos la botella de oxígeno y el famoso edredón. Por eso decidió la juez prolongar la búsqueda», señala.
Dos días después se producía la triste noticia: “Aparecieron entonces los restos de la niña, Olivia”. Aunque estaban mentalizados, reconoce que se quedaron en shock, y eso que no llegaron a ver el cuerpo.
“No vimos nada porque el cuerpo estaba en una bolsa. Se encontró a las 11 de la mañana, lastrado con un ancla, y no se pudo reflotar hasta las cinco de la tarde. No ves nada pero no paras de darle vueltas a la cabeza. Los tripulantes no comimos. No estamos acostumbrados a esas cosas porque el Ángeles Alvariño no se dedica a eso. Nos cuadró ir porque teníamos el robot en otras tareas", acaba de relatar.