Tal y como se temía, los trabajadores afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en el marco de la crisis deriva del Covid-19 y el confinamiento se encontrarán con una desagradable sorpresa en la declaración de la renta el año que viene, pues tendrán que devolver a Hacienda una cantidad que ya ha sido desvelada.
A estos trabajadores se les retiene este año menos IRPF en sus nóminas, y la prestación por desempleo en la mayoría de los casos se ofrece sin retención alguna, motivo por el cual el año que viene Hacienda liquidará la diferencia a través del cobro de lo que no se ha retenido este 2020. El resultado: un sablazo que puede llegar hasta los mil euros por persona.
Los técnicos de Hacienda ya advirtieron que al tener estos trabajadores dos pagadores, la empresa de turno y el Servicio Estatal de Empleo (SEPE), el umbral a partir del cual es obligatorio hacer la declaración baja de 22.000 a 14.000 euros.
Entre los casi tres millones de afectados por un expediente, la mayoría tendrá que devolver estas cuantías en la próxima declaración de la renta, ya que según los ejemplos calculados por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), un sueldo medio de 23.646 euros que no haya trabajado y haya cobrado paro durante cuatro meses, le saldrá a pagar 1.322,42 euros en la próxima declaración de la renta.
Esto es, curiosamente, más de lo que deberá devolver en la declaración del próximo año un trabajador que gane 30.000 euros, ya que según los cálculo le sale a pagar 1.026 euros, pero también respecto a rentas de 90.000 euros, que tendrán que pagar 1.248 euros.
La razón de estas diferencias es el salto en los marginales del IRPF que se produce entre los que ganan 14.000 euros, que no pagan IRPF, y los que ganan a partir de esta cantidad hasta los 18.000 euros, que provoca que cada euro adicional que se gana entre estos dos umbrales pague un tipo del 40%.
Así, un empleado con un sueldo medio de 23.646 euros pasa a cobrar 15.764 euros si le afecta un ERTE del 100% de la jornada durante cuatro meses. Su empresa le aplicó en enero y febrero una retención, conforme al salario de entonces, pero al incorporarse le aplicará la retención acorde al nuevo salario, considerablemente más baja por este efecto, debiéndole devolver lo retenido de más los dos primeros meses.
Pedir más retención
Debido a este salto la retención será más baja, y además la prestación del SEPE no cuenta con retención, por lo cual en la siguiente declaración Hacienda ajustará unas diferencias mayores que en el caso de sueldos más elevados donde el salto del IRPF es progresivo y no se produce el efecto que se da entre los que ganan de 14.000 a 18.000 euros.
La solución que dan los técnicos es que los trabajadores pidan a la empresa que les retenga más para no pagar de golpe el año que viene, pero según las estadísticas de Hacienda la mayoría de los trabajadores con un ERTE se encontrarán con este problema el año que viene.
En el caso del empleado que cobra un salario medio y ha percibido el paro por dejar de trabajar de marzo a junio, el SEPE le girará 4.392 euros como ingresos adicionales por los que tendrá que tributar el año que viene.
Si un trabajador gana 14.000 euros, pagaría cero euros de IRPF, pero si le suben el sueldo a 15.000 tendrá que pagar tributar mil euros de diferencia a un 44%, o sea, 442 euros. Igualmente, un trabajador que cobra 17.000 euros y le suben el salario a 18.000 pasa a tener un diferencial del 55%, y tendrá que pagar 550 euros más que antes.
Por esto, en estos casos, al pasar a tributar menos de lo que deberían este año por estar sujetos a un ERTE, la diferencia en esa escala supone pagar más IRPF que en otros tramos. La cosa también se complicará para los autónomos que decidieron mantenerse en el sistema de tributación por módulos.