España ha entrado en la nueva normalidad este lunes con 11 rebrotes activos sobre los que Sanidad tiene ahora puesto el foco y entre los cuales preocupa especialmente el que afecta tres comarcas de Aragón: La Litera, Cinca Medio y el Bajo Cinca. Allí, el foco en torno a una empresa hortofructícola podría arrojar decenas de nuevos casos en las próximas horas.
Se trata de la sede de Frutas La Espesa, una instalación de 12.000 metros cuadrados en la localidad de Zaidín, Huesca, donde a estas alturas del mes de junio tendrían que estar trabajando 250 empleados a todo trapo pero que permanece cerrada por las autoridades sanitarias a la espera de los resultados de 187 test realizados a los trabajadores.
Este es uno de los focos que más preocupa ahora mismo por la gran cantidad de personas que se movían en el entorno de esta empresa, y tras conocerse el contagio de 14 de ellos ahora se sospecha que los casos podrían ser muchos más. Así lo reconoce el director general de Salud Pública del gobierno aragonés, Francisco Javier Falo: «Tendremos un notable incremento de casos sin duda en las próximas horas».
Los test se han realizado este pasado fin de semana y en las próximas horas se conocerá el número de infectados. Los empleados que den positivo tendrán que mantenerse en aislamiento, algo que compromete la reanudación de la actividad y el trabajo de los temporeros: «Si salen 100 positivos, la fruta se pudre ahí», dice uno de ellos.
De momento, la nave sigue cerrada y sólo trabajan en ella una decena de personas realizando las tareas imprescindibles para el mantenimiento de la producción, ya que los productores que suministran a La Espesa, unos 25, se juegan los ingresos de todo el año.
Mucha gente en el último mes
En las oficinas, los responsables de esta compañía familiar fundada en 1981 y poseedora de 250 hectáreas de plantaciones que producen 30.000 toneladas de fruta al año aseguran que la empresa está siguiendo desde el inicio de la pandemia los protocolos de Sanidad. «Lo único es que en el último mes ha entrado mucha gente, 250 trabajadores», reconocen.
Según explican, «donde ha saltado la alarma es en Binéfar, y aunque la persona trabaje aquí puede haberlo cogido en cualquier otro sitio», y mencionan una localidad vecina, a 27 kilómetros de distancia, donde reside alguno de los empleados contagiados.
La información que da Salud Pública es que se intervino Frutas La Espesa tras detectar varios casos cuyo origen común era esta empresa, y que el retroceso de las tres comarcas tiene que ver con el volumen de trabajadores de esta empresa que convierte el foco en un peligro potencial por la posible transmisión a otras localidades del entorno.
En el caso de Binéfar, los contagios se habrían producido entre adolescentes que participaron en una fiesta y un cumpleaños, y el foco de Monzón, el más controlado, se circunscribe al ámbito de una familia. Las autoridades sanitarias en Aragón reconocen que temen perder el control de la transmisión comunitaria en estos territorios.
Por eso, aunque no pueden impedir la movilidad porque la restricción aplicada al retroceso de estas zonas a la Fase 2 no es de obligado cumplimiento, el gobierno regional ha pedido que se limiten los desplazamientos desde o hacia estas comarcas a lo estrictamente necesario.