Poco a poco se van conociendo más detalles de lo que ocurrió el pasado 27 de abril, el último día en que fueron vistos Tomás Gimeno y sus dos hijas Olivia y Annas, de 6 y 1 año. Y es que mientras se sigue buscando sin descanso a las niñas y a su padre, se dan a conocer también más detalles de lo que pasó en las últimas horas del día de su desaparición que pueden ser clave en la investigación.
Es sabido que aquella noche el hombre de 38 años había salido a navegar aquella noche desde la Marina de Santa Cruz de Tenerife y que cuando llegaba a puerto ya se había cumplido la hora del toque de queda en que entonces se cumplía el toque de queda en la isla de Tenerife, las once de la noche. Hasta el momento se creía que la única persona que lo había visto llegar a puerto después de salir poco antes de las nueve de la noche había sido el vigilante de seguridad del puerto pero finalmente se habría confirmado que no fue así.
Como decíamos, eran pasadas las once de la noche cuando Tomás regresaba con su lancha al puerto tinerfeño. Concretamente eran las 23:15 cuando estaba a punto de llegar a su destino. Pero lo que se ha sabido este mismo viernes es que antes de regresar a puerto y en eso momento fue interceptado por la Guardia Civil, que le propuso para ser sancionado por incumplir el toque de queda que todavía estaba vigente en la isla canaria.
Según recogen varios medios, una embarcación del Servicio Marítimo lo habría divisado cuando salía a hacer un servicio. En ese momento, decidieron darle en alto ante la sospecha que tenían de que se pudiera tratar de una embarcación relacionada con el narcotráfico.
Los agentes que se encontraban en el lugar hicieron una inspección sin encontrar nada sospechoso. Solo había un pequeño compartimento en la popa en la que no encontraron ni droga ni ningún bulto que se pudiera parecer a ningún equipaje.
Los agentes solo pudieron proceder a denunciarle por haberse saltado el toque de queda establecido a las once de la noche. Hay que recordar que pese a que ya iba tarde para entregar a sus hijas a su madre, está todavía no había presentado ninguna denuncia por su desaparición ni había dado ningún aviso, hecho que no hizo hasta la mañana siguiente, concretamente sobre las ocho.
Que pasó antes y después de la denuncia
Justo después de denunciarle, los agentes le pidieron que amarrase su embarcación. Fue entonces cuando se dirigió a la marina tinerfeña donde fue visto por segunda vez por el vigilante de seguridad. Este le había visto unas horas antes sobre las 20.50 de la noche.
En ese momento, Tomás Gimeno aparcó su coche y se dirigió a su embarcación solo, tal y como demostraron las cámaras de seguridad. El propio vigilante de seguridad lo vio sacar de su coche varios bolsos, maletas y bolsas de ropa que llevó a la embarcación en al menos tres viajes. Cuando su lancha fue encontrada al día siguiente solo había aparejos de pesca, un gorro de bebé, una manta y un juguete, además de una mancha de sangre que finalmente se demostró que era suya y no de las niñas.
Fue poco antes de las nueve de la noche cuando realizo esa primera salida al mar en la que fue pillado y sancionado. Pero tras llegar a puerto, fue a por un cargador de móvil y tabaco a una gasolinera antes de volver a embarcar a las 00:30, perdiéndose su pista definitivamente.