España se está acostumbrando peligrosamente a las crisis y después de la década catastrófica tras la crisis financiera global de 2008, que impactó de forma especial en España y su modelo productivo, ahora la epidemia del Covid-19 amenaza con extender la recesión económica diez años más. Sí, porque según los expertos de la crisis que se nos viene encima saldremos en 2030.
La paralización de la economía por las medidas de confinamiento y el gasto público disparado para amortiguar los efectos de la crisis llevan a España a la bancarrota de las arcas públicas que sólo ha logrado mantenerse gracias a la paraguas de Europa.
Pero lo peor está por llegar. En la primera fase de la crisis el Estado ha tenido que tomar algunas decisiones difíciles, pero la inyección de dinero público consigue mantener una relativa paz social que se podría quebrar cuando, tras la salida de la emergencia sanitaria y la puesta en marcha de la economía, haya que tomar decisiones mucho más drásticas e impopulares.
Organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén que la economía que más caerá en Europa, sólo por detrás de Italia, será la española, con un 8%, y si los peores presagios se confirman vamos a un nuevo incremento del paro hasta el 20,8%. Hay que recordar que la mayor tasa de paro durante la crisis fue del 25,77% en 2013, pero en 2019 había bajado al 13,78%.
Lo peor es que muchas previsiones hablan de sectores que tardarán años en recuperarse o incluso algunos que ya no se recuperarán jamás. Según el FMI, tras el gran aumento del paro vendrá una pequeña recuperación seguida de una nuevo repunte del 4,3%, así que la esperanza de una recuperación en forma de «V» quedaría cada vez más lejos.
Otro dato preocupante es la falta de liquidez del estado, pues España quedaría en un déficit del 9,5% en las balanzas fiscales, el peor dato desde que salimos de la crisis.
La única salida es la emisión de deuda pública para tapar el agujero y los datos apuntan a que tendremos que endeudarnos a unos niveles que no se veían desde hace un siglo. Si nos endeudamos a un 113% del PIB como auguran las previsiones, esto significa que cada español deberá 2.400 euros más de los 25.300 que ya debía.
Esto, sumado al gasto público por la crisis del Covid-19 y el desembolso para las pensiones, hace prever que se necesitarán diez años para recuperar el nivel de endeudamiento anterior a la llegada del Coronavirus. Tras la primera fase de la recuperación, los más optimistas ven una caída del déficit hasta el 6,3%, lo que nos llevaría a los niveles de 2013.
Por ello el nuevo escenario nos llevaría a situaciones incluso más complicadas que ya se vieron en la anterior crisis. Según los pronósticos, España será el país europeo desarrollado con mayor déficit en 2020 y 2021, por encima de la media del 7,5 y el 3,6 del PIB prevista para la zona euro para el mismo período.