El asesinato de Tiahleigh Palmer tiene a la sociedad australiana conmocionada. La niña de 12 años apareció muerta con el cuerpo semidesnudo el 5 de noviembre de 2015. Entonces estaba al cuidado de la familia Thornburn, que pronto pasaron a ser sospechosos.
En el momento del crimen, la menor llevaba un año con la familia en cuestión. Durante los meses posteriores, el matrimonio formado por Rick y Julene mintió a la policía de forma reiterada. Ellos y sus dos hijos adolescentes, Trent y Josh, negaban tener nada que ver.
Pero en mayo de 2016 una llamada telefónica cambió el curso de la investigación. La familia Alguien reveló la existencia de un mensaje de Facebook. En él, uno de los hijos afirmaba que la niña había sido objeto de abusos sexuales por parte de un primo suyo.
También abría la posibilidad de que ella estuviera embarazada en el momento de su muerte. De sus palabras se desprende que la menor pasó a ser un estorbo para la familia, aunque «también era una fuente de ingresos importante».
Investigación: todos culpables
Esta era la primera pista fiable para iniciar una investigación. La policía encontró evidencias sobre el asesinato de la niña. Todo apuntaba a que el padre la había asesinado para encubrir un caso de abusos sexuales que manchaba a la familia.
Richard se declaró culpable en 2018. En el juicio trató de demostrar que lo hizo de forma accidental, pero fue condenado a cadena perpetua. Su hijo Trent fue condenado por incesto. La madre y el otro hermano fueron condenados por cooperación y encubrimiento.
El juicio por el caso de Tiahleigh consiguió encontrar unos culpables, pero el caso no quedó cerrado del todo. Quedaban muchas incógnitas por resolver. El autor material aseguraba tener pérdida de memoria que le impedía recordar los hechos.
Los estudios forenses no consiguieron determinar la causa de la muerta debido al mal estado del cadáver. La pequeña fue hallada días después de su asesinato. No se pudo esclarecer cómo falleció, y eso hizo que la incertidumbre permaneciera sobre el caso.
Nuevos análisis determinan cómo murió
Un equipo de forenses de Queensland (Australia) ha publicado ahora las conclusiones de una ambiciosa investigación. El objetivo del análisis era esclarecer cómo la mataron y cómo se deshicieron del cuerpo. Esto ayuda a saber qué le pasó a la pequeña.
La forense Jane Bentley descarta que fuera una muerte accidental, como sostenía Richard. Según sus conclusiones, murió asfixiada a manos de su padre adoptivo de forma intencionada. Y añade: «No muestra remordimiento por ninguno de sus delitos».
La forense asegura que Richard Thornburn mató deliberadamente a Tiahleigh en la casa familiar. Fue el 29 de octubre de 2015, entre las 7.30 y las 9.30 de la noche. Su cuerpo sin vida fue descubierto por un pescador a principios de noviembre.
El otro objetivo era demostrar si la había matado para encubrir una posible agresión sexual. La forense no descarta esta opción, pero matiza que las pruebas son insuficientes para respaldar esas afirmaciones. Habrá que seguir investigando.
Según Bentley, «la razón más probable por la que el señor Thornburn mató a Tiahleigh fue para encubrir que su hijo Trent había estado abusando de ella». Cree que lo hizo para proteger a su hijo, que podría haber sido condenado por incesto.
Una niña ingenua e inmadura
Por otro lado, descarta la pérdida de memoria que alega el padre. Se basa en la llamada telefónica registrada entre el padre y la madre. El asesino de la menor le prometió a su esposa que se llevaría a la tumba todo lo que sabía.
Considera que «sus afirmaciones en la llamada son incompatibles con perder la memoria». Lo ve más bien como una demostración de que quería boicotear la investigación. Su intención era, efectivamente, llevarse a la tumba todo lo que hizo.
Sobre Tiahleigh, la investigación concluye que era una niña amable y gentil a pesar de las circunstancias adversas en las que nació y creció. También señala que era «ingenua e inmadura». Lo cual añade aún más crueldad a este caso de asesinato.
Thornburn podría obtener la libertad provisional en 2038, pero el estudio forense recomienda tenerlo todo en cuenta. La falta de remordimiento, la poca colaboración con la justicia y los casos de abusos podrían impedir que el asesino salier a la calle antes de tiempo.